18 meses es poco tiempo (según el contexto)


George Graham ganó dos ligas, una FA Cup, dos Copas de la Liga y una Recopa durante sus nueve años como entrenador del Arsenal. Desde febrero de 1995 a octubre de 1996, cuatro entrenadores pasaron por el banquillo de Highbury. Cuatro en 20 meses. Se hizo largo. Hasta que Arsène Wenger llegó para cambiar la historia del club. Un nuevo Herbert Chapman que dotó a la entidad del norte de Londres de una nueva personalidad. Atrás quedaba el futbol peleón y de patadón arriba buscando a un delantero centro tan grande como un armario. Cualquiera que haya leído Fiebre en las Gradas, de Nick Hornby en los últimos 25 años no reconocerá al equipo que se describe en sus páginas. La culpa fue de Wenger, que durante sus 22 años al frente del club ganó siete FA Cups y tres ligas, una de ellas sin perder un solo partido. Una plantilla que pasó a la historia como los Invencibles.

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A Unai Emery le tocó el papelón de suceder al francés, mucho después de que figuras como Thierry Henry o Dennis Bergkamp abandonasen Highbury. Algo que hizo incluso el propio club. Para colmo, en los últimos cursos de Wenger en el Emirates Stadium se abrió un debate sobre su figura que polarizó a la afición del Arsenal. Un marrón para el de Hondarribia, que llegó con tres títulos de Europa League con el Sevilla y varios galardones con el PSG. Un entrenador consagrado y capaz. Un entrenador que tan solo duro 18 meses al frente del Arsenal.

Cuestionado desde su llegada, su inglés fue ridiculizado a medida que los resultados empeoraban. Absurdamente. En su primera campaña terminó en quinta posición, una posición que mejoraba el sexto puesto del último curso de Wenger y que todavía no ha sido igualada (el Arsenal terminó octavo en las dos campañas siguientes). En la presente vuelven a aspirar a meterse en Champions League por primera vez en seis años. Pero incluso Mikel Arteta, excapitán del equipo, fue criticado y dudado a pesar de ganar la FA Cup en su primera temporada como entrenador. El propio Arteta habló recientemente sobre la situación que vivió su colega en el Emirates: “Ficharon a un entrenador excepcional, como está demostrando serlo en el Villarreal. Pero a veces no se trata de la capacidad de una persona, sino del contexto en el que está o el equipo que tiene. Que sea el correcto o no no depende de una persona, sino del momento”.

Después de una racha de siete partidos sin conocer la victoria, el actual entrenador del Villarreal se encontró en la calle y con lo puesto. Pese a demostrar, precisamente, la competitividad de sus equipos. Condujo al Arsenal a su primera final europea en trece años, aunque al igual que en Saint Dennis frente al Barcelona, los gunners cayeron en la última instancia de la Europa League contra el Chelsea. Por el camino quedaron los debuts de Charlie Gilmour, Zech Medley y el español Julio Pleguezuelo, que había dejado la cantera del Barcelona para mudarse al norte de Londres como hicieran Cesc Fàbregas y Héctor Bellerín previamente con mayor éxito. Sobra decir que ninguno de estos canteranos terminó ganándose un puesto en el primer equipo. Sin embargo, Emile Smith Rowe y Bukayo Saka son los principales activos de futuro del club, sus dos perlas más brillantes. Ellos también debutaron durante los 18 meses de Unai Emery en el Arsenal. Una etapa con altibajos (con más bajos que altis, todo sea dicho), pero una etapa demasiado corta. O eso se cuestionan los medios londinenses y los aficionados del Arsenal. Ahora, después de ver cómo el técnico condujo al Villarreal al éxito en la Europa League pasando por encima del Manchester United y cómo esta noche se enfrenta al más difícil todavía en unas semifinales de Champions League contra el Liverpool.

Foto de portada: Aleksandr Osipov bajo licencia Creative Commons 2.o.