Albert Capellas: «En el fútbol hay que decidir: que corra el balón o el jugador»


El trabajo de Albert Capellas (1967, Avinyó) en Dinamarca está siendo fantástico. Su selección ha sido la gran revelación de este Europeo sub-21, capaz de derrotar a la todopoderosa Francia y de pelear en cuartos ante Alemania, a través de un estilo de juego inconfundible: Dinamarca sub-21 practica un Juego de Posición muy rico desde la pizarra y desde MarcadorInt hemos querido que sea el propio Capellas quién nos ofrezca de primera mano la receta del éxito. A través de una videollamada, como ya es habitual en los tiempos que corren, nos atiende un entrenador criado en La Masia del FC Barcelona y que antes de tomar el testigo de la selección danesa cogió experiencia internacional de la mano de Peter Bosz (flamante fichaje del Olympique de Lyon 21-22) en Países Bajos y Alemania.

¿Cómo ha vivido todos estos meses de pandemia?

La pandemia me cogió en Barcelona, que es donde tengo mi base. Normalmente voy viajando entre Barcelona y Dinamarca, pero estos meses han sido diferentes: muchas reuniones en Zoom, muchos partidos en vídeo, muchas conferencias… y muy pocos viajes. Los clubes no permitían a personas de fuera entrar en sus burbujas y ha sido difícil. No obstante, como en la fase de clasificación nos había ido muy bien, teníamos una selección ya muy definida y esto nos ha facilitado mucho el trabajo; estábamos muy contentos con el scouting que ya habíamos hecho en su momento y solamente teníamos que hacer un seguimiento de los elegidos para definir todos los detalles.

¿Por qué Dinamarca sub-21? ¿Qué le llevó hasta allí?

Yo estuve dos años en el Brondby y allí coincidí con una serie de personas que ahora, algunas de ellas, están en la Federación. Cuando Niels Frederiksen se fue al Brondby y dejó la selección, que, por cierto, acaban de ganar la Liga en Dinamarca, buscaban un perfil orientado hacia el juego de posición, con un estilo de juego que presionase arriba para recuperar rápido… y como me conocían, pues ya sabían mi manera de pensar y trabajar, me preguntaron si estaría interesado en liderar este proyecto y así fue. Además, yo ahora estoy en otro proyecto, Cruyff Football, una plataforma online para entrenadores, y el puesto [de seleccionador sub-21] me permitía compaginar bien todo desde Barcelona.

“Los clubes de Dinamarca son conscientes de que están obligados a vender su talento y se atreven a poner a los jóvenes en la Superliga del país”.

En Dinamarca se lleva tiempo trabajando muy bien y buena prueba de ello es su selección sub-21 o el nivel de la absoluta en esta Eurocopa.

Están viniendo muy buenas generaciones. La sub-21 ha hecho un gran Europeo y estos futbolistas merecían llegar más lejos. Pero es que cuando miramos hacia abajo, vemos que siguen saliendo futbolistas muy buenos. La siguiente generación sub-21 va a ser otra vez muy buena. Y eso es mérito de la Federación, que tiene las ideas muy claras, porque el scouting que realizan encaja perfectamente con la idea que se tiene de jugar al fútbol, algo fundamental, y también de los clubes, que están invirtiendo en el fútbol base. Invierten esfuerzo, dinero, tiempo y conocimiento, pero sobre todo le dan a los futbolistas jóvenes la oportunidad de jugar en la Superliga con 18, 19, 20 o 21 años. Y eso te da una ventaja competitiva. La liga danesa no es la liga española o la Premier, es verdad, pero la competición sí ayuda a los más jóvenes a coger desde muy pronto el ritmo de juego, y esta es otra de las claves del éxito del fútbol de Dinamarca. Los clubes son muy conscientes de que forman parte de un país pequeño y están obligados a vender su talento, entonces se atreven a poner a los futbolistas jóvenes en la Superliga y hasta aquí vienen ojeadores de toda Europa que también forman parte de este engranaje que beneficia a la selección. De esta forma, uno se encuentra a futbolistas que están en la sub-21 danesa jugando en Inglaterra, Países Bajos o Alemania, que son ligas mucho más competitivas, pero que han llegado ahí tan jóvenes porque antes ya han jugado dos años en la liga de Dinamarca. Y esto ayuda.

Isaksen, con la selección sub-17 de Dinamarca. Foto: MarcadorInt (Todos los derechos reservados)
Isaksen, con la selección sub-17 de Dinamarca. Foto: MarcadorInt (Todos los derechos reservados)

¿Qué es lo que más le entusiasma de su trabajo?

Por encima de todo, el entorno en el que trabajo: la gente, los jugadores, la idea de juego que estamos desarrollando dentro de la Federación… Estamos trabajando en una metodología muy clara para todas las selecciones, completamente alineada con el primer equipo, y me gusta mucho el proyecto a nivel global. La relación con los clubes también es muy buena y el trato dentro de la Federación es muy positivo, pero es que no sabría quedarme con una sola cosa. Hay muy buena sintonía y todo ello encaja con mis valores personales, mi idea de juego y el momento de mi vida en el que estoy ahora.

Thierry Henry reconoció en una entrevista que nadie le pregunta nunca al entrenador qué tal está. ¿Alguien se lo pregunta a usted como seleccionador?

Esta es una de las cosas que más me gustan de Dinamarca: la manera que tienen de trabajar. Entiendo perfectamente las palabras de Henry y me siento muy identificado. Al final nadie le pregunta al míster cómo está y es verdad. Pero una de las ventajas que he encontrado aquí es que se trabaja mucho en grupo y se mira mucho por el bienestar de todo el staff. Hacemos sesiones desde distintos puntos de vista, y, de este modo, creando el ambiente adecuado, hay muchas oportunidades de que alguien te pregunta cómo estás o cómo te va. Ese trabajo en grupo facilita mucho que haya una relación más humana entre todas las partes, incluyendo a los jugadores o los directivos. Hay distintos rangos de trabajo, por supuesto, pero cuando la gente habla aquí todo el mundo tiene el mismo nivel de opinión, todos escuchan, independientemente de su rango en la organización, y eso te da una proximidad que facilita esas relaciones.

“En la sub-21 de Dinamarca hay futbolistas que ya están jugando en Inglaterra, Países Bajos o Alemania, ligas más competitivas, pero eso es porque antes, siendo muy jóvenes, han jugado dos años en la liga danesa”.

¿Cómo es la vida de un seleccionador sub-21? ¿Y cómo se prepara un Europeo sub-21 (en mitad de una pandemia)?

Yo siempre digo que el fútbol es muy fácil, pero es muy difícil hacerlo fácil. Lo primero de todo es que hemos intentado mantener una línea de juego muy clara desde el día uno y decidimos que no cambiaríamos en función de los resultados. Invertimos tiempo definiendo cómo queríamos jugar y qué perfil de futbolista buscaríamos para cada una de las posiciones, y esta fue nuestra guía. Teníamos muy claro que no íbamos a cambiar. Hicimos una fase de clasificación muy buena quedando primeros y utilizamos toda esta fase de preparación para desarrollar nuestro sistema de juego. De esta forma, cuando llegásemos al Europeo, todos nuestros futbolistas tendrían muy claro cómo íbamos a jugar para que ese periodo de adaptación fuese lo más rápido posible. Intentamos mantener el máximo número de jugadores hasta el final, a excepción de algún que otro cambio normal de estos procesos, y después intentamos desarrollar un método de comunicación interno: un vocabulario que los jugadores reconociesen para cohesionar a todo el equipo dentro del terreno de juego. Por ejemplo, si queremos recuperar el balón tras pérdida, yo grito ‘Five seconds rule’ y ellos automáticamente ya saben a lo que me estoy refiriendo. O decir ‘Klein’, que es una palabra holandesa que significa hacerse pequeño y la descubrí con Peter Bosz en el Vitesse, lleva al equipo a juntarse en una zona concreta del campo. Esto nos facilita la tarea y nos lleva a estar mejor preparados para cada situación porque los chicos saben qué significa cada cosa.

Andreas Christensen, el central danés, acaba de conquistar la Champions con el Chelsea. Foto: Yannis Halas/Focus Images Ltd
Andreas Christensen, el central danés, acaba de conquistar la Champions. Foto: Yannis Halas/Focus Images Ltd

¿Cómo definiría usted el juego de posición?

El juego de posición está basado en tres pilares, las tres P: posición, posesión y presión. La posición no solo se refiere al espacio que ocupamos en el campo, sino a la forma en que ocupamos ese espacio: estando bien perfilados, escaneando todo lo que ocurre a nuestro alrededor antes de recibir, etcétera. Es importante tener una buena posición en el campo y una buena posición de tu cuerpo dentro de esa zona en función del balón y de dónde estás. Una buena posición en el campo facilita una buena posesión porque hay más opciones de pase, más triángulos, más diagonales, y es mucho más fácil jugar con el hombre libre o el tercer hombre. Pero la posesión siempre tiene un porqué: ya sea para generar superioridades o para buscar el momento oportuno para acelerar. A veces ese porqué es dar 20 pases porque el juego se está desorganizando y queremos recuperar posiciones, recuperar aire y retomar el ritmo de juego, y cuando ya lo tenemos, pam, aceleramos de nuevo. Ese porqué siempre es lo más complicado. De nada sirve pasarse el balón por pasárselo. Queremos moverlo de un lado a otro para que la defensa rival pierda la concentración y en cuanto se abran espacios meter un pase entre líneas que nos permita superar oponentes. Y los algoritmos dicen que si ganamos esta estadística [la de colar pases entre líneas que nos permitan superar rivales], incrementas mucho las posibilidades de ganar un partido. También hay Big Data detrás de esto. La última P hace referencia al pressing. En cuanto perdemos el balón queremos recuperarlo lo más pronto posible. ¿Por qué? Porque en el momento en que tú lo pierdes se genera un caos; el equipo rival no está organizado, no está bien abierto, sino que suele estar muy focalizado en recuperarlo, y ese es el mejor momento para robarlo si haces una buena presión. Si recuperas cerca de la portería rival, con ese caos, tiene muchas posibilidades de contragolpear con peligro, y el equipo contrario debe volver a hacer muchas cosas para sorprenderte y llegar hasta tu área. Nuestra regla del ‘Five seconds rule’ está combinada con la vigilancia defensiva porque esto nos evitará correr mucho hacia atrás. Yo siempre digo: ‘si no te gusta correr, asegúrate de correr muy agresivo durante pocos segundos hacia adelante y te ahorraré esprintar muchas veces hacia atrás a ti y a todo el equipo’.

“Hemos desarrollado un método de comunicación interno: un vocabulario que los jugadores reconociesen para cohesionar a todo el equipo dentro del terreno de juego”.

¿Y cómo se trabaja el Juego de Posición en una selección sin tener tantos entrenamientos día a día como en un club?

Cuantos más entrenamientos tienes, es más sencillo, claro está, pero al final uno depende de los futbolistas que dispone. Y cuando los jugadores son buenos es mucho más fácil. Por eso es tan importante seleccionar a los futbolistas adecuados para la idea que tú tienes, porque esto acelera muchísimo el proceso de adaptación. El principal secreto es el scouting. El segundo secreto: ideas muy claras, que no duden. Hay que explicarle muy bien a los futbolistas el porqué. Qué beneficios obtienen si lo hacen de esta manera. Si el jugador lo entiende, encuentra un sentido y aumenta su compromiso. Nosotros desarrollamos tres valores muy importantes para ayudarles en todo este proceso: honestidad, es decir, que nos podamos mirar a los ojos y nos podamos reconocer alineados; compromiso, haciéndoles entender que solos no somos nadie, pero juntos lo podemos ser todo; y el coraje por querer el balón, porque hay que ser atrevidos en todo lo que hacemos y prefiero fallar un pase por alguien que quiere la pelota y no por alguien que se esconde. Cuando terminamos los partidos tenemos que reconocer esos tres valores: honestidad, compromiso y coraje, y esto te ayuda a implementar una idea de juego muy grande. Luego ya en los entrenamientos jugamos los típicos juegos de posición más específicos, porque en esos ejercicios interviene todo: la posición en el campo, la posición de balón y el pressing. Y por último, ayudarles a crecer a través de refuerzos positivos con muchos vídeos y charlas.

En realidad, hay muy pocos equipos en el mundo que tengan un Juego de Posición puro.

Nadie practica un Juego de Posición puro. Los futbolistas determinan el tipo de juego que tú puedes hacer. Si tienes extremos muy buenos en el uno para uno, harás un juego de posición con extremos abiertos tratando de aislarlos para que tengan espacio a la hora de encarar. O igual tienes jugadores que van muy bien en el uno-dos, esto es, tocar el balón y correr en profundidad. Entonces es el perfil de jugador el que determina cómo hay que jugar. ¿El Juego de Posición puro qué es, tener un 80% de posesión de balón? ¿Tener el 60%? Yo lo que entiendo es que si tú quieres presionar arriba, tú no lo puedes hacer muchas veces durante un partido porque es mucho desgaste; entonces necesitas posesiones más largas y tener el control porque el que corre es el balón. El balón es el que te ordena, pero hay que tener en cuenta que el balón nunca se cansa; yo nunca he visto sudar a un balón. Pero moviéndolo, obligas al equipo contrario a correr. Y ahí uno ya se cansa física y mentalmente, porque tiene que cerrar espacios, bascular, perfilarse bien, etcétera. La posesión de balón en sí solo te da un 50-52% de posibilidades de ganar un partido. Pero si ya eres capaz de filtrar pases entre líneas, esta estadística ya sube a un 60 y pico por ciento de opciones. Y si logras conectar estos pases por detrás de la línea de defensa, ya sube hasta un 80 y tantos por ciento. Son conceptos que van todos ligados. Nosotros entendemos que para jugar así se necesita, como mínimo, un 60% de posesión. A partir de aquí, podríamos decir que estamos en la zona de confort para que el Juego de Posición llegue a su máxima expresión. Ahí el jugador está más fresco, y, si lo está, puede tomar mejores decisiones o arriesgar más. Luego hay partidos donde el rival baja mucho y uno puede llegar hasta el 80% de posesión, pero también te puedes encontrar con equipos que van arriba a apretarte y a hacerte daño y esto lo hace mucho más difícil, pero también más entretenido para el espectador. Y no hay que olvidarse de esto: el fútbol es entretenimiento. El fútbol es un juego. Y hay que hacérselo pasar bien a la gente. Nosotros no practicamos el Juego de Posición por romanticismo, sino porque entendemos que estamos más cerca de ofrecer un buen espectáculo y de ganar, que es de lo que se trata. Para nosotros importa también el cómo. Yo no estoy de acuerdo con esa frase de ‘hay que ganar como sea’. ¿Cómo que como sea? Lo estás echando a la suerte, a un 50% de posibilidades. ¿No será mejor tener un plan para incrementar esas opciones? Nosotros entendemos que con todas estas ideas de juego estamos más cerca de la victoria y de ofrecer buen espectáculo.

Peter Bosz ha sido una gran influencia para Albert Capellas. Foto: Focus Images Ltd
El neerlandés Peter Bosz ha sido una gran influencia para Albert Capellas. Foto: Focus Images Ltd

¿Cómo detecta su selección dónde hacer daño? ¿Usted también cree en los espacios indefendibles de los que siempre habla Pep Guardiola?

Al final siempre hay una manera de defenderlos. Es organización. Todos los equipos tienen unas estructuras que se repiten, por patrón de juego del entrenador o por el talento natural de los propios jugadores, y nosotros intentamos descubrir cuáles son y dónde se producen. A partir de aquí, le enseñamos a nuestros futbolistas lo que ocurre y lo que nos vamos a encontrar antes de un partido. Hago muchas reuniones en las que les presento el problema y tratamos de encontrar una solución todos juntos.

“Si no te gusta correr, asegúrate de correr muy agresivo durante pocos segundos hacia adelante y te ahorraré esprintar muchas veces hacia atrás a ti y a todo el equipo”.

Cada vez es más difícil recibir el balón con tiempo y espacio.

Claro, pero si tú siempre juegas de una misma manera, dices ‘oye, nos van a apretar con dos arriba, ¿cómo creamos la superioridad en salida con tres?’ Pues lo podemos hacer con el portero, subiendo a los laterales muy arriba o bajando al interior a un lado para subir al lateral y que el extremo vaya dentro. Pero al final, como son conceptos que vamos repitiendo, ellos mismos, dentro del campo, ya deciden. Los propios jugadores son capaces de detectar el espacio y la solución. Yo primero les explico lo que se van a encontrar, pero luego en el campo les doy responsabilidad. En ataque y en defensa. Y cuando tú vas trabajando esto partido a partido, y los futbolistas van quedándose con estos mensajes, es mucho más fácil.

Al hilo de esto, qué importante es que los centrales salgan conduciendo… 

A nosotros nos gusta que si el central tiene oportunidad de conducir por delante, que lo haga, porque esto nos permite generar una superioridad numérica en medio campo. Y ellos ya saben, en función de quién salte por parte del rival, quién de los nuestros es el que debe abrir línea de pase para convertir al final esa situación de 5 vs. 4 en un 2 vs. 1. Y también sabemos que si cierran por banda, el pase es interior y debemos ir dentro-fuera, y que si cierran por dentro, debemos ir fuera-dentro. Ellos mismos aprenden a visualizar cómo salta el rival.

¿Por qué razón se está perdiendo la figura del regateador?

En el fútbol de hoy en día cada vez se juega menos con extremos. Los laterales suben mucho, pero estos no tienen la misma claridad en el uno para uno y quizá para ellos sea más sencillo jugar el balón atrás o hacer un uno-dos. Pero en muchos partidos, cuando atacamos mucho y los laterales están muy arriba, yo mismo he dicho: ‘No quiero a los laterales ahí’, y los he sacado a los dos para meter a dos extremos más. A mí me encantan los futbolistas que desequilibran en el uno para uno. En nuestro último partido del Europeo sub-21 ante Alemania, que empatamos 2-2, fíjate en nuestros extremos: nos dieron muchísimo. Ahora bien, a los extremos hay que ponerlos en situación para que puedan tener éxito. Uno de los problemas es que bajan mucho y casi nunca se encuentran en uno para uno, sino en un dos contra uno o incluso en un tres contra uno. Pero si los extremos están bien abiertos y son profundos, luego sí que aparece ese uno contra uno y es donde pueden hacer daño. La clave es explicarle a ese jugador que es muy bueno en el uno para uno que tiene que hacer otras cosas antes para que pueda tener esa situación. El campo debe estar abierto, por el lateral o por el extremo, y ellos deben percibir qué nos demanda el juego. A veces lo ven ellos y otras veces les ayudamos nosotros desde la banda. Hay muchos extremos que les cuesta esperar abiertos porque quieren participar, pero muchas veces cuanto más cerca estás de la portería más lejos estás de marcar el gol. Y esto es lo mismo. En el área hay que llegar para hacer gol, no hay que estar; justo al revés que para defender: donde sí hay que estar y no hay que llegar. Son pequeños detalles. Hay futbolistas que llegan siempre demasiado pronto y hay que hacerles ver que deben estar tranquilos y aguantar un poco.

“Yo no estoy de acuerdo con esa frase de ‘hay que ganar como sea’. ¿Cómo que como sea? Lo estás echando a la suerte, a un 50% de posibilidades. Nosotros no practicamos el Juego de Posición por romanticismo, sino porque entendemos que estamos más cerca de ofrecer un buen espectáculo y de ganar”.

Ahora bien, este Europeo también hemos visto a su Dinamarca sub-21 defender muy bien en repliegues más bajos durante muchos minutos.

Ese es el gran éxito de esta selección. No es que queramos defender bajo, pero cuando uno se mide a Francia está obligado a hacerlo así. Y eso que Francia tomó pocos riesgos porque solo jugaba entre centrales y laterales sin atreverse a meter pases entre líneas. No nos chutaron ni una sola vez dentro del área. Ante Alemania, sin embargo, sabíamos que tomarían más riesgos, porque ellos ya habían visto el partido ante Francia y sabíamos que no se conformarían con ello. Pero dimos la cara, tuvimos mucho más balón que el día de Francia, jugamos mejor y eso me encantó pese a la derrota. El cómo perdimos. El partido fue más atractivo para el espectador. Sabemos defender abajo cuando toca y apretar arriba cuando debemos hacerlo. Tenemos una manera de comunicarnos que nos ayuda y el estilo de juego nos permite adaptarnos muy rápido al rival sin apenas cambiar.

El trabajo de Dinamarca con el fútbol base está siendo muy bueno. Foto: MarcadorInt (Todos los derechos reservados)
El trabajo de Dinamarca con el fútbol base está siendo muy bueno. Foto: MarcadorInt (Todos los derechos reservados)

Las diferencias de ritmo que se ven en muchos partidos en el fútbol europeo, ¿creen que son consecuencia física o del juego?

En el fútbol siempre hay que tomar una decisión: que corra el balón o que corra el jugador. Ahí es donde empieza todo. Un fútbol más físico o un fútbol más táctico-técnico. Yo siempre prefiero lo primero, que corra el balón. Para ello apuesto por jugadores con un nivel técnico alto, que piensen rápido, que sepan tomar decisiones, que sepan jugar en equipo… Me gusta más esta línea. Pero en el fútbol moderno se da mucha importancia al físico, y más ahora con el Big Data. Yo prefiero utilizar esa información para convencer a los jugadores. Nunca diré que hemos perdido por haber corrido medio kilómetro menos entre un partido u otro; yo busco excusas en otro lado. El fútbol es complejo, es subjetivo, no es lineal. Esto está bien como dato, ¿pero hemos estado bien posicionados? ¿Cuántos pases fáciles hemos perdido? ¿Cuándo teníamos que aguantar el balón lo hemos hecho o lo hemos jugado arriba? ¿Las vigilancias estaban bien hechas? El fútbol es mucho más complejo que el simple hecho de correr. Hacer correr el balón desde la técnica y la táctica siempre gana al aspecto físico, pero, por otro lado, se requiere mucho conocimiento y experiencia para hacerlo bien. Y no muchos entrenadores tienen esto para hacerlo, y por ello recurren a perfiles mucho más físicos porque se sienten más seguros. Todos los sistemas son respetables. A mí lo que me gusta es que el entrenador tenga una idea clara de juego, ya sea desde el Juego de Posición o a través de un contraataque. También hay entrenadores que se sienten cómodos en partidos muy abiertos y provocan esto. Si esto es lo que buscas, chapeau. Lo que yo realmente disfruto del juego es cuando un entrenador tiene una idea clara de jugar y consigue transmitirla en el campo, aunque quizás no coincida con la mía. En su momento disfruté muchísimo con el Milan de Arrigo Sacchi, por ejemplo, o con equipos de Jürgen Klopp, Peter Bosz o Roger Schmidt, siendo todos ellos tan diferentes entre sí. Son entrenadores que dan personalidad a sus equipos y eso es lo que me gusta. Como decía Johan Cruyff: lo más difícil es jugar fácil. Y es verdad. Muchas veces nos preocupamos por cómo desarrollamos a los jugadores y les enseñamos a hacer cosas y movimientos cada vez más difíciles, y eso para mí es talento e inspiración. Solo hay que crear un entorno adecuado para que consigan desarrollar el arte que tienen. Pero para mí, como entrenador, lo más importantes es levantar lo más arriba posible el nivel más bajo del jugador. ‘Raise the bottom level’, como se dice en inglés. Que hagan muy bien las cosas más fáciles. ¿Y esto cómo se consigue? Con concentración, con anticipación, con la toma de decisiones… Si haces muy bien las cosas fáciles, todo es mucho más fácil de conseguir y más rápido. Todo lo demás es una consecuencia, pues al final será más probable que los jugadores se encuentren en ciertas zonas para hacer cosas más espectaculares donde puedan imponer su inspiración. Los entrenadores ayudamos a los equipos a llevar el balón cerca del área. Y a partir de aquí dependes del talento individual del futbolista.

¿Quién es Johan Cruyff para Albert Capellas?

Johan Cruyff es el origen del fútbol moderno; es quien nos enseñó el camino. Cruyff cambió al FC Barcelona implementando esa mentalidad ganadora. Yo vivía al lado del Camp Nou cuando Johan Cruyff estaba en el FC Barcelona. Vi muchísimos partidos en aquella época y todo lo que se implantó en el fútbol base, cuando los equipos jugaban con el 3-4-3 o el 4-3-3, vi a Xavi [Hernández] jugando de mediocentro cuando estaba en el Infantil… Me pasaba el día viendo todos los entrenamientos. En aquel momento no trabajaba en el Barça, pero lo viví y me impactó. Aprendí el valor de lo que significa escuchar el sonido del balón: no hace falta ver un entrenamiento para saber si este va bien o no. Escuchándolo, no necesitas ni mirarlo. Vi unos juegos de posición increíbles con Guardiola, Koeman, Stoichkov, Laudrup, Romario… Era un espectáculo. Aprendí la excelencia. Y aprendí a ser muy valiente siendo determinante. Creer en una idea y no desviarse. Aprendí que el fútbol era entretenimiento y debía ser un espectáculo. Cruyff era fútbol ofensivo 100%. Pep Guardiola es ofensivo 100%, pero también defensivo 100%. Sus equipos están muy bien organizados defensivamente. Supongo que por su experiencia internacional, ya sea en Italia o Alemania, yo veo muchas cosas en los equipos de Guardiola que no procedían del conocimiento de dentro del FC Barcelona. Y eso también me ha pasado a mí, que viví la época de Cruyff, pero después, viajando, con todas las experiencias que he ido teniendo, encajas los puntos, vas creciendo como entrenador y los equipos van adquiriendo tu propia personalidad.

“Johan Cruyff era fútbol ofensivo 100%. Pep Guardiola es ofensivo 100%, pero también defensivo 100%. Sus equipos están muy bien organizados defensivamente. Supongo que por su experiencia internacional, ya sea en Italia o Alemania, yo veo muchas cosas en los equipos de Guardiola que no procedían del conocimiento de dentro del FC Barcelona”.

¿A qué le daba más importancia Cruyff, al pase o al desmarque?

A la posición. Todos sabemos que el sistema del FC Barcelona pasa por un buen control y un buen pase. Y Johan Cruyff decía: ‘Juegas a tres toques, juegas mal; juegas a dos toques, juegas bien; juegas a uno, juegas fantástico’. Y con esto te lo digo todo. Cruyff hablaba de crear ángulos entre futbolistas, es decir, pases diagonales, crear triángulos que no sean escalenos sino irregulares, etcétera. No es una cosa sola, sino que es el conjunto lo que te acaba llevando a la excelencia.

¿Qué influencia ha tenido para usted Peter Bosz?

Ha habido muchas personas que han tenido una gran influencia en mí. Alexanco, por ejemplo, Quique Costas, Johan Cruyff, Jordi Cruyff, Guardiola… y Peter Bosz ha sido uno de ellos, por supuesto. Cuando yo estuve con él en el Vitesse nos quedábamos por las tardes a juntar el sistema de juego holandés con el del FC Barcelona. De esta forma, juntábamos todo lo bueno de su manera de ver el fútbol con todo lo bueno que yo traía e intentábamos ver cómo podíamos mejorar el modelo para crear el nuestro propio. Nos pasábamos tardes enteras viendo vídeos, dibujando, discutiendo, a veces gritando… No estábamos siempre de acuerdo, pero teníamos la confianza de que estábamos creando algo que nos ayudaría a crecer como entrenadores mientras entendíamos mejor el juego. Yo estoy muy agradecido a Peter Bosz por todo ese tiempo y sé que él a mí también me tiene mucho aprecio porque fue una época muy especial. Pero estoy muy agradecido a todas las personas que han formado parte de mi camino; de todas ellas he aprendido. Soy como una esponja y siempre intento llevarme las cosas buenas que pueden aportar las personas.

Cuando uno está tanto tiempo en una selección, ¿echa en falta el día a día del club?

Sí, claro. Se echa en falta más partidos, más competición, más contacto con los jugadores y el staff… Pero, por otro lado, como siempre intento buscar las cosas positivas, también te permite ver el fútbol de una manera más relajada, y, de esta manera, también creces como entrenador. Al final es cómo tú lo quieras ver, pero el fútbol hay que disfrutarlo, no hay que sufrirlo. En este sentido, intentar buscar qué me puedo llevar de toda experiencia que me ayude a crecer y qué puedo aportar yo para que la gente de mi entorno también pueda crecer. Se trata de que la gente que está a mi alrededor, jugadores o miembros del staff, diga algún día: ‘Valió la pena’.

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Foto de portada: Albert Capellas, imagen cedida para esta entrevista (Todos los derechos reservados).