Alberto Edjogo: «Decir que la Copa de África es un torneo menor es una falta de respeto»


Nadie se imagina a Messi renunciando a una Copa América. Si hoy empezara una Eurocopa, poca gente se preguntaría si molesta. En su libro Indomable, Alberto Edjogo-Owono (Sabadell, 1984) escribe que para entender el presente de África es imprescindible trasladarse al centro de Europa a finales del siglo XIX. Se refiere a la repartición del continente que hicieron las potencias europeas. Todavía hoy colea la superioridad del hombre blanco y el etnocentrismo europeo. Se ve en el fútbol donde, como más de cien jugadores de las ligas europeas van a la Copa de África, algunos cruzaban los dedos para que se suspendiera. El exfutbolista y ahora analista en Gol y Mister Underdog contesta al otro lado del teléfono a las preguntas sobre el torneo el día que da el pistoletazo de salida.

¿Molesta la Copa de África al fútbol europeo?

Sí. Entiendo cierto punto de queja porque es en medio de la competición de clubes y puede cortar la progresión de muchos equipos por los muchos jugadores que van al torneo. Pero también se corta la progresión cuando hay torneo sudamericano o cuando en un parón de selecciones se juegan tres partidos. Una cosa es la queja por puro calendario y otra es ese punto de desprecio en decir “cómo se va a perder un jugador un torneo nacional por jugar una copa como esta”. Eso es lo que más molesta en el continente africano. Por suerte, muchos referentes, como Sébastien Haller, han levantado la voz y han dicho que nadie les va a imponer nada.

Haller, cuando le preguntaron si prefería jugar la Copa África o quedarse, dijo que solo la pregunta mostraba una falta de respeto hacia África.

El fútbol en África no es cualquier cosa. A partir de los años 60 se empezaron a independizar los países, pero aún así ha continuado la zarpa colonizadora intentando echar mano a recursos naturales, zonas geopolíticas… Sobre todo las poblaciones del sur tienen la sensación de que todavía deben rendir cuentas y pedir perdón. La palabra de Haller viene a decir que la colonización se acabó y que el gen invasor, tan interiorizado en Occidente, se tiene que acabar porque hay que respetar el torneo. Decir que la Copa de África es un torneo menor es una falta de respeto.

Es una competición que va a contar con el máximo goleador y asistente de la Premier, el máximo goleador de la Champions, el de la Europa League…

No es un torneo menor. Sobre todo es una injusticia para jugadores de segundo nivel. Haller tiene un estatus, lo mismo que Salah y Mané. Pero a jugadores como Osimhen, por ejemplo, se les pone entre la espada y la pared. Es una injusticia para los futbolistas que quieren defender a su país, pero no quieren ponerse en rebeldía con el que club que les paga.

¿Debería jugarse en verano?

Hay gente que dice que es inviable jugarla en verano. Yo he jugado partidos internacionales en África hasta mitades de junio. Luego he jugado también a principios de septiembre. No sé si es inviable jugarla en verano, y cuando se jugara en la zona central, como este año, jugar los partidos por la tarde o por la noche. Y no lo digo por doblegarse a la exigencia Occidental ni satisfacer a los clubes europeos, sino por puro lucimiento de tu producto. Este año que no hay Mundial, Eurocopa ni Juegos Olímpicos, era una oportunidad muy buena para decir que la Copa de África era el principal torneo del verano.

Entre pandemias, conflictos y caos organizativo el torneo casi siempre está en riesgo de no disputarse.

Nosotros vemos el tema logístico y organizativo desde un punto de vista Occidental. Si uno lee a Kapuscinski en Ébano, que es una lectura que recomiendo, va a dar cuenta de que África tiene su propia manera de ser y su propia esencia. Tiene un punto de improvisación y de flexibilidad sin los que sería difícil vivir. Esa cintura, cambio de rumbo a última hora y confianza en el destino es inherente al africano. Es imposible pedirle que sea rígido cuando hay un conflicto pero que sea rígido cuando tiene que organizar algo. Es muy general y África tiene más de cincuenta países con sus peculiaridades, pero la manera de ser del africano tiene un punto de improvisación y hasta de cierta despreocupación de lo que se viene, que es necesaria para sobrevivir allí. Lo explicaba siempre Didier Drogba. Decía que en su casa comía a las doce del mediodía, pero no sabía si su padre iba a traer comida para la noche. Si estuviera todo el día pensando en a ver si tenía comida para la noche, entraría en depresión. Por eso es necesaria esa despreocupación. Luego ya si hay pandemias mundiales o brotes de ébola, esto ya no es achacable a la organización. Lo que dicen desde África es que la Eurocopa se jugó en plena pandemia, con estadios llenos en Hungría y no les pueden decir a ellos que no se juega.

En lo futbolístico es un torneo con muchos candidatos.

Hablar de favoritos en la Copa de África es peligroso, porque nunca sabes. Justo por lo que hablábamos antes. Un equipo que viene muy bien, de repente su máxima estrella se pone en rebeldía, no se pagan los bonus, hay un problema logístico o Dios sabe qué y todo se tuerce. Sí que hay candidatas claras. Desde la triple corona egipcia, no ha habido una hegemonía. Argelia evidentemente está por delante, por ser la vigente campeona y por los jugadores que tiene con Bennacer, Mahrez, Feghouli, Brahimi, Belaïli, al que muchos van a descubrir en esta Copa de África. También es candidata Senegal, con Mané, Dia, Mendy… Cargan con el peso de ser una buena selección y no haber ganado nunca. Está Nigeria, aunque tiene bajas importantes, Ghana, que tiene un centro del campo muy bueno, Marruecos…

Guinea Ecuatorial ha estado en dos Copas de África como anfitriona, pero es la primera vez que se clasifica en una fase previa.

Tiene un entrenador autóctono, Juan Micha, un hombre de la federación que ha llevado en diez años a distintos equipos. Se ha hecho cargo del equipo en un momento complicado. Tiene un grupo durísimo, con Argelia, Costa de Marfil y Sierra Leona. Nadie va a pedir que Guinea Ecuatorial le gane a Argelia y a Costa de Marfil. La esperanza es que pasan los mejores terceros, lo que se puede conseguir con una victoria contra Sierra Leona y arañarle algún punto a Argelia o a Costa de Marfil. Está Carlos Akapo, Emilio Nsue, que ahora no tiene equipo, Jesús Owono, que debutó en Primera con el Alavés el pasado fin de semana… Luego hay algunos de jugadores de segundo y tercer escalón, pero con la selección dan un plus. Guinea es un equipo organizado que se cierra bien atrás y le gusta que el partido no se vuelva muy loco. La mayoría de los centrocampistas son nacidos o criados en España y les gusta tener un buen trato de balón. Es un equipo que llega bien y que estuvo a punto de clasificarse para el Mundial de Qatar.

Imagen de portada: cedida por Alberto Edjogo