Argentina pica a las puertas del cielo


Para un argentino no hay un partido que se pueda parecer más a jugar en las puertas del cielo que una final contra Brasil en Maracaná. Aquello que sucedió en el 58 podría ser argentino pero cayó del otro lado del Río de la Plata y ahora Leo Messi y su escuderos tendrán una nueva oportunidad de ganar un gran torneo, esta vez ante el ogro ancestral y en su propia guarida.

Desde el primer momento se vio que ambas selecciones habían encontrado su once jornada a jornada, perfilando y depurando posiciones, bajas aparte. En el colombiano destacaba la vuelta de Cuadrado, incrustado en la derecha. El retorno tras lesión del jugador de la Juventus, llevó de nuevo a Santos Borré a la punta de ataque y acabó con Muriel en el banquillo. En Argentina, que tenía una vez más la baja importante del “Cuti” Romero, destacaba la titularidad de Guido Rodríguez, más solvente que Paredes en la posición de “5” durante todos los minutos que le dieron, tan solvente que le acabó quitando el puesto, Guido defiende más, defiende mejor y equilibra a la albiceleste.

Argentina 1 (Lautaro 7′)
Colombia 1 (Luis Díaz, 61′)

ARG-COL vs Away team - Football tactics and formations

El encuentro volvió a mostrar la mejor cara de Argentina durante el torneo: los arranques fulgurantes. En el 4′ Messi asistió a Lautaro y este cabeceó fuera por milímetros, el ensayo se hizo obra en la siguiente acción, otra de Leo y gol del “Laucha”, la quinta asistencia del mejor jugador del Universo (hasta que la NASA nos demuestre lo contrario). Arrancó tan divertido el partido, que lo siguiente, antes del minuto 10, fue una gran ocasión para Juan Cuadrado que evitó Emiliano Martínez. Luego se enfrió un poco todo. O se calentó, según se quiera ver, pues la siguiente media hora tuvo juego embarullado, choques de cabeza, protestas dramáticas al árbitro por cada saque de banda y por supuesto muchas patadas, pura Copa América. Antes de llegar al descanso y con el gol de Lautaro como punto de referencia para lo que nos esperaba tras el descanso, Colombia tuvo el empate en un remate de Barrios que acabó en el palo de milagro tras rebotar en la zaga albiceleste y Nico González falló su enésima ocasión de la Copa, pocos jugadores juegan mejor pero fallan más que el flamante fichaje de la Fiorentina.

No tenía el día para mucha paciencia Reinaldo Rueda que al descanso realizó tres cambios: entró Cardona por Santos Borré, buscando talento entre líneas, Yimmy Chará por Cuellar para reforzar la velocidad y el desborde y finalmente realizó la permuta entre Tesillo y Fabra, un cambio en el lateral izquierdo que pedía todo el país cafetero ante el bajísimo rendimiento de Tesillo, mejor central que lateral. Y la cosa funcionó para el país caribeño, sin hacer mucho ruido siguieron creciendo en el partido hasta que a los 20 minutos del segundo tiempo, Luís Díaz le comió la tostada a un ingenuo Pezzella y empató el partido en jugada individual por la banda izquierda. Por la Albiceleste entró Di María para intentar mejorar el partido de Nico González, que debe entrenar increíble a los ojos de Scaloni, sino es difícil de entender tantos minutos para él, disculpen mi obsesión. “El Fideo” revitalizó el aspecto de la Albiceleste y de sus botas llegaron las mejores ocasiones en el tramo final, la primera tras asistir a Lautaro, que sin portero a la vista, tiró a los pies del único defensa que había bajo el poste y pisando la cal, después el futbolista del PSG se inventó un quiebro imposible, dejó para Messi y esté reventó el palo derecho de la portería de Espina, fue la ultima antes de llegar a la tanda de penaltis. Y allí surgió el héroe. No fue un héroe impoluto, ni de sonrisa brillante, fue un salvador disfrazado de calle y de barrio villero que intimidó y comió la moral a todos los colombianos y lo más importante, paró 3 penaltis para meter a Argentina en la final y dejar en el recuerdo para siempre la noche del “Dibu” Martínez. 

Foto de portada: Paul Chesterton/Focus Images Ltd.