El cañón de Dominik Szoboszlai
Dominik Szoboszlai es de gatillo fácil. Al joven futbolista húngaro ya lo analizamos la temporada pasada, cuando aún militaba en el RB Salzburgo, pero una lesión nos privó de poder verlo en la segunda vuelta con el RB Leipzig y en la Eurocopa con su selección. Un talento de esta naturaleza y con estas condiciones aparece una vez en mucho tiempo y de ahí que su aterrizaje en la Bundesliga haya despertado tantísimo interés con apenas 20 años. Este joven futbolista no es igual que todos los chicos de su edad, sino que tiene una serie de características que hacen del húngaro un talento verdaderamente especial. Sobre todo en aquellas acciones que tienen que ver con su golpeo. Y tal es así que cuesta nombrar con una mano a cinco futbolistas diestros con un disparo mejor que el suyo.
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Porque, por increíble que parezca, este joven de 20 años puede presumir perfectamente de ser el mejor lanzador (diestro) del fútbol europeo en este momento. O casi. Szoboszlai es un cañonero del máximo nivel, capaz de colocar la pelota con su pie derecho en cualquier esquina de la portería, o punto dentro del área, con una precisión y una regularidad que asusta. Ahora bien, lo más impactante de los lanzamientos de Dominik Szoboszlai no es la altura, la fuerza o la colocación que le da a sus envíos, que ahora entraremos en eso, sino la aparente naturalidad con la que ejecuta cada disparo. Su lenguaje corporal es totalmente natural en el momento del impacto, estirando mucho el tronco, punteando con el pie de apoyo y acompañando con los brazos su golpeo con el empeine de la pierna más hábil. Una técnica completamente limpia y estilizada, con el pecho erguido en su posición más óptima (ni muy inclinado hacia delante ni demasiado retrasado) para medir y controlar la trayectoria de un envío que se caracteriza por ser fuerte, seco y muy plano. El balón no se mueve en el aire cuando Szoboszlai dispara; no gira, no hace extraños, sino que sube y baja para caer a plomo dentro de la portería rival o en el área pequeña. La ejecución es perfecta.
Pero Dominik Szoboszlai es mucho más que su golpeo. Es un futbolista que puede jugar en los tres carriles de ataque, ya sea a pie natural o a pie cambiado, y en cualquiera de estas tres posiciones necesita sentirse libre para aparecer y relacionarse con su entorno. Y buena prueba de ello son las dos ilustraciones que nos han proporcionado los compañeros de Driblab: ante el Stuttgart, en la Bundesliga, Szoboszlai realizó 15 conducciones de balón y 14 de ellas fueron buenas. Es decir, solo una no llegó a buen puerto. Y ojo, ahí no acaba la cosa: en este mismo partido el futbolista húngaro realizó 50 intervenciones, 45 de ellas fueron buenas, y completó 34 de los 37 pases intentados, que son unos datos muy altos teniendo en cuenta su posición sobre el campo y la dificultad que entrañan sus acciones.
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El húngaro es un jugador con mucha personalidad para sentirse importante en el partido e influir en el juego de su equipo, pues ese carácter forma parte de su propia naturaleza: Szoboszlai es un futbolista de mucha recepción al pie, pese a que en los metros finales sepa moverse para atacar el área a través de rupturas cortas por delante de la línea del balón, y esa identidad moldea a un jugador que necesita sentirse importante dentro del juego. Es cierto que con balón al pie, en campo rival, puede acusar un pequeño déficit de creatividad para detectar, interpretar e improvisar algunas acciones, aunque tiene suficientes recursos técnicos para proteger el balón y superar a su par con un caño o un rápido cambio de pie, además de un buen físico para chocar y soportar ciertos impactos, sin ser un jugador que destaque por una punta de velocidad diferencial a campo abierto. Desde muy pronto se ha empezado a entender muy bien con André Silva, un delantero que ha seguido evolucionando en la recepción y la descarga de sus apoyos en la frontal, y se encuentra cómodo y realizado en una pizarra que conoce bien, la de su entrenador en el RB Salzburgo, Jesse Marsch. El estilo tan directo y vertical de este nuevo RB Leipzig puede potenciar bien a Szoboszlai (en el mismo escenario que el propio André Silva, Nkunku o Dani Olmo); un jugador que en su golpeo, tanto en el disparo como en el centro, en acciones a balón parado o corrido, tiene una habilidad diferencial para realizar y convertir jugadas dentro del juego de su equipo.
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