El Real Madrid y Keyser Soze


Sacas un seis el parchís. Muy bien. Sacas otro. Avanzas, pero ya empiezas a pensar. Verás cómo saco el tercero. Madre mía, con lo cerca que estaba de casa. Ya iba a ganar. Me va a salir otro seis. Qué mala suerte. Y claro, sacas un seis y te vas a casa. Pues el Real Madrid a estas alturas de la Champions es el tercer seis del parchís. La amenaza. El miedo fundado por ser tantas veces infundado. La aleta del tiburón. El jinete decapitado de Sleepy Hollow. El mito de haber visto algo incomprensible. El Madrid es Keyser Soze.

Soze es uno de los personajes de Sospechosos habituales. Un criminal del copón al que nadie pone cara. Es el miedo a algo que no es. Un pavor legendario. “Yo creo en Dios, pero temo a Keyser Soze”, dice uno. “Yo no creo en Dios, pero temo a Keyser Soze”, le contesta otro. A veces hasta parece que haya muerto. Es la mejor jugada del diablo: convencer al mundo de que no existía. Es lo que hace el Madrid en noviembre. Hacer creer al mundo que no está. Que ha muerto. Que no volverá.

Pero estamos en abril y se repite lo de cada año que el Madrid llega a semifinales de la Champions. Nadie está más convencido de que los blancos van a levantar la Orejona que sus rivales. Ellos son los que forjan la leyenda del Real Madrid. Los merengues se alimentan en parte de sus títulos, claro, pero sobre todo del miedo que provoca a sus rivales. No es el Madrid el que presume de superpoder. Son los demás los que se lo dan. Ese miedo es el jugador número doce del Madrid. Es una historia que no tiene fin. Un gol del pasado en el 92 provoca un gol en el 92 en el presente. Y así.

Lo escribí para la trayectoria de la Liga y sirve para la Champions: el Madrid es el villano que va andando, que parece imposible que llegue y de repente se planta al lado de la víctima. Nada da más miedo que lo que no se comprende. Lo que no se puede explicar. “El Madrid gana porque sí”, tituló una crónica José Sámano en El País. Eso es un equipo de leyenda. Los partidos no se ganan con el escudo, dicen. Es verdad. El Madrid podría ganarlos con una camiseta blanca totalmente lisa. La Champions y el Madrid para los rivales es como esas historias que empiezan por el final: la va a ganar, solo falta saber cómo.

Hay que tirar de tópicos, que por algo estamos ya en abril. La Champions es la competición del Madrid. Por la mística. El estado de ánimo por encima de la táctica. El borrador antes que la tiza. El caos gana al orden. La Champions es la competición del Madrid, decimos. Y cada vez que lo decimos lo es más. O sea que ahora ya es más la competición del Madrid. Y ahora más. Los de Zidane ganan títulos por el boca a boca. Cuidado, que viene el Madrid.

Cuando eras pequeño, estabas en la cama, con la luz apagada y sin poder dormir, te repetías que era imposible que hubiera alguien debajo de la cama. Imposible, pensabas, mientras aguantabas las ganas de mear. ¿Es el coco? ¿Es el Madrid?. “Si tu hijo se porta mal, dile que vendrá Keyser Soze”. No es nadie, pero son todos.

Imagen de portada: Kristian Kane/Focus Images Ltd