El Villarreal se venga del Arsenal


El Villarreal tenía un pasado con el Arsenal. La eliminación en la semifinal de la Champions League de 2006 frustró a toda una generación de aficionados que soñaban con ver al Submarino Amarillo en una final europea. En 2009, los Gunners volvieron a despachar al Villarreal de la máxima competición continental, esta vez en cuartos de final. Ningún jugador sobre el terreno de juego del Emirates Stadium esta noche fue testigo de esas eliminaciones; pero eso no importaba: el Villarreal tenía cuentas pendientes con el Arsenal. A esto hay que añadir una figura clave, Unai Emery, que es tan afín a la UEFA Europa League como Miguel de Cervantes a la lengua española. Unai también tenía una cuestión inconclusa con el Arsenal: en su efímera etapa en Londres fue ridiculizado por su nivel de inglés, abucheado en las gradas del Emirates y criticado por la prensa. Pocos sentimientos son más motivadores que la venganza. Y el Villarreal y Unai Emery tenían sed de venganza. El Arsenal puede atestiguarlo.

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Al comenzar el partido, el ‘Míster Europa League’ se sentó en el banquillo e hizo la señal de la cruz. Su equipo reflejó la maestría del entrenador: dispuesto en un 4-4-2, se movió siempre de forma coral, quitando todos los espacios al Arsenal, que no pudo jugar en la primera parte. Fue el Submarino Amarillo el que tuvo la primera ocasión del partido, con un buen disparo lejano de Samuel Chukwueze, rechazado por Bernd Leno. A mediados de la primera parte, el nigeriano cayó al suelo y pidió al banquillo que le sustituyeran. El joven Yéremi Pino entró por la banda derecha con el vigor y la abnegación propios de los adolescentes. El Arsenal intentaba presionar al Villarreal, que salía del acoso de los ingleses con extrema facilidad. Los Gunners, sin embargo, se mostraron complacientes, ya que sólo hicieron una falta hasta el minuto 20. La única ocasión de los de Mikel Arteta en la primera parte fue una confusión en el área, originada tras un centro, que acabó con un disparo seco de Pierre-Emerick Aubameyang, que era titular por primera vez tras recuperarse de la malaria que contrajo jugando con su selección en África. El balón rozó el larguero. Y eso fue todo.

Arsenal 0
Villarreal 0

Arsenal vs Villarreal - Football tactics and formations

Asustaba la indolencia del Arsenal, que estaba ante su única posibilidad de clasificarse para la Champions League, en la cual no participa desde la temporada 2016/17. Tiempos todavía de Arsène Wenger, tiempos en los que el Arsenal jugaba en la Champions un año sí y otro también. De hecho, desde la temporada 1995/96, los Gunners juegan en una de las dos competiciones más importantes del continente. La próxima temporada, todo indica que el Arsenal jugará en la tercera, la debutante UEFA Conference League. Quizás con 60.000 personas en el Emirates la historia hubiera sido diferente. Tal vez el público, a los gritos, hubiera empujado a los sonámbulos jugadores vestidos de rojo.

En la segunda parte, quizá asustados por los gritos de Arteta en el vestuario, los Gunners volvieron con más ganas. En cinco minutos tuvieron dos ocasiones: una con Nicolas Pépé, tras un gran pase de Kieran Tierney, y otra con Emile Smith Rowe, que remató un balón que rondaba el área. Ambos disparos se fueron desviados de la portería salvada por Gerónimo Rulli, que tuvo poco que hacer en el partido. Tras un inicio de la segunda parte con más ímpetu de los de Arteta, que atacaban y presionaban, pareciendo que por fin querían ganar el partido, el equipo se fue apagando poco a poco. Y el número de disparos a portería no miente: sólo dos. Arteta intentó cambiar el partido con las entradas de Gabriel Martinelli, Alexandre Lacazette y Willian; en vano. El Villarreal defendió con maestría. Basculando siempre de forma sincronizada, quitando los espacios a los ingleses, que finalmente llegaron, con poca organización. Rob Holding cabeceó un balón sin mucho peligro y Aubameyang, otra vez, mandó el esférico al palo. Pero no piensen que el Arsenal presionó con insistencia en busca de un gol, que era lo único que necesitaba para estar en Gdańsk el 26 de mayo decidiendo el título contra el Manchester United. Fueron ocasiones aisladas y en ningún momento los Gunners dieron muestras de que iban a ganar el partido.

El Villarreal jugará su primera final europea este curso. Foto: Focus Images/Focus Images Ltd
El Villarreal jugará su primera final europea este curso. Foto: Focus Images/Focus Images Ltd

Emery estaba tan satisfecho con su equipo que sólo hizo un cambio antes de los típicos cambios en el tiempo añadido para perder tiempo, sustituyendo a Paco Alcácer por Carlos Bacca. La sensación era que tenía la situación bajo control. Un escenario demasiado familiar para él, al fin y al cabo, se acercaba a su quinta final de la Europa League. La última, de hecho, al mando del Arsenal.

La serenidad del Villarreal contrastó con el acobardamiento de los Gunners. Sí, el planteamiento de Emery y la ejecución de sus hombres fueron excelentes, pero la postura del Arsenal fue displicente; sus jugadores se movían con una lentitud bovina, un letargo que hacía parecer que había 11 Mesut Özil en el campo. ¿Cuál sería la reacción de los miles de aficionados presentes en el Emirates ante semejante torpeza? ¿Qué le cantarían a Unai Emery, al que tanto criticaron cuando estaba allí, y que los llevó a una final de la Europa League y ahora les dejaba fuera de otra? Nunca lo sabremos. Lo que sí es cierto es la veracidad de una máxima que no pasa de moda y que los aficionados del groguets pronunciarán con despiadado placer tras el partido de esta noche: la venganza es un plato que se sirve frío.

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Foto de portada: Kristian Kane/Focus Images Ltd.