Escocia-República Checa: los aspirantes quieren animar el grupo


1996 fue un año disruptivo para Escocia y República Checa. Los escoses participaban en su segunda Eurocopa consecutiva, pero cayeron en fase de grupos y no volvieron a disputar una gran cita europea. Hasta hoy. Los checos, en cambio, acudieron en 1996 a su primera Eurocopa como país independiente. Alcanzaron la final y ya no iban a faltar a las siete citas posteriores. También llegaron a cotas altas en 2004, cuando accedieron a semifinales.

Veinticinco años después, sus caminos, glorioso el de la República Checa y de penurias el de Escocia, se encuentran en el grupo D (15:00h, Cuatro). Las dos selecciones tienen un claro objetivo: no quieren ser comparsas de los dos favoritos. Las previas dicen que Inglaterra y Croacia lo son. Pero tendrán que ganárselo en el césped. Además, en esta edición se abre la posibilidad de llegar a octavos habiendo si tercero. Es una gran oportunidad para selecciones como estas.

Los de Jaroslav Silhavy accedieron a la Eurocopa de forma tranquila. Consiguieron el segundo puesto e incluso se dieron el lujo de ganar a Inglaterra, a quien se encontrarán en el grupo. Escocia, por su parte, sudó tinta. Tuvo que superar dos tandas de penaltis, frente a Serbia e Israel. Los de Steve Clarke tienen motivos para ser optimistas en su objetivo de superar por primera vez una fase de grupos: debutan en Hampden Park y ganaron los dos enfrentamientos contra la República Checa que se jugaron en 2020 en la Nations League.

Steve Clarke, exayudante de Mourinho en el Chelsea, apostará por los tres centrales con los que ha venido jugando. Ha conseguido acomodar a Kieran Tierney, de central zurdo, y a Andrew Robertson, de carrilero, en el equipo. Ellos dos, junto a la estrella del equipo, Scott McTominay, son las grandes esperanzas del combinado británico. Tres titulares en Arsenal, Liverpool y Manchester United que confirman que la experiencia en Premier League de muchos jugadores escocees debería ser un grado. Es el punto fuerte de un equipo solidario y con altura en el balón parado que deberá suplir su gran carencia: el gol.

Scott McTominay es la gran esperanza de Escocia. Foto: Simon Moore/Focus Images Ltd
Scott McTominay es la gran esperanza de Escocia. Foto: Simon Moore/Focus Images Ltd

Por su parte, la República Checa afronta el torneo con la columna vertebral del Slavia Praga. Hay cinco jugadores en la selección del equipo de Tripsovsky, más otros tres que lo abandonaron hace un año. El combinado checo, en definitiva, se nutre de muchos de los jugadores que se lo hicieron pasar mal al Barça de Valverde o que eliminaron al Sevilla de Machín. No extraña, por tanto, que la selección de Silhavy tenga las señas de identidad de Trpisovsky: energía, presión y mucho ritmo. El técnico checo deberá evaluar el estado físico de Kalas y rellenar dos puestos del centro del campo con cuatro candidatos: Darida, Holes, Kral o Barak. El que estará seguro es Soucek, la estrella, que ha brillado en Premier League esta temporada gracias a sus diez goles en el West Ham.

Soucek ha sido el máximo anotador del West Ham en la temporada. Foto: Martyn Haworth/Focus Images Ltd
Soucek ha sido el máximo anotador del West Ham en la temporada. Foto: Martyn Haworth/Focus Images Ltd

No estarán en los onces a priori dos de los diamantes del torneo. Gilmour, que con Lampard ya demostró su calidad, y Hlozek, la gran esperanza del futuro checo, están llamados a liderar sus selecciones en las próximas grandes citas. Veremos si se presentan en esta.

Escocia vs Republica Checa - Football tactics and formations

Imagen de portada: Paul Chesterton/Focus Images Ltd