Gabriele Marcotti: “El cambio estructural en el fútbol italiano no debería depender de si Jorginho convierte un penalti”


Gabriele Marcotti es una de las plumas más respetadas del periodismo deportivo anglófono. Pero es italiano. Es redactor jefe de ESPN y corresponsal en Londres del Corriere dello Sport. Con su vasto conocimiento del fútbol internacional y sus siempre intrigantes y lúcidos análisis, es difícil encontrar personas mejor cualificadas para hablar del deporte rey. Y más aún cuando se trata de Italia. Gab tuvo la amabilidad de atenderme en uno de sus pocos días libres para hablar del último desastre sufrido por la selección italiana.

MarcadorInt: ¿Qué significa para Italia quedarse fuera del Mundial por segunda vez consecutiva?

Marcotti: Obviamente, es un golpe enorme. Y, no, la victoria en la Eurocopa no lo atenúa. Creo que lo que puede atenuar el golpe (al menos para mí) es saber que estamos en el camino correcto. Mancini estaba jugando un buen fútbol (a pesar de no tener la mejor generación de jugadores), estaba generando ocasiones y había muchísima positividad alrededor del equipo. Pero, claro, es un golpe tremendo. Quizá un poco menos porque lo vivimos hace cuatro años. Y la mayoría de la gente no recuerda la última vez que ocurrió antes de eso (1958), así que 2018 fue aún más doloroso.

Italia ganó el Mundial en 2006, quedó fuera en la fase de grupos en 2010, llegó a la final de la Eurocopa en 2012, volvió a quedar fuera en la fase de grupos en 2014, hizo un buen papel en la Eurocopa con Antonio Conte en 2016, no se clasificó para el Mundial en 2018, ganó la Eurocopa en 2021 y luego otra vez no se clasificó para el Mundial. Ivan Zazzaroni dijo que la selección es esquizofrénica.

Creo que son números bastante claros. Creo que hay un problema fundamental en la forma en que pensamos en los grandes torneos a lo largo del tiempo como reflejo de algo. Así que, por ejemplo, si te preguntara: ¿Cuál es el mejor equipo a nivel de clubes del mundo en este momento?

Diría el Manchester City.

Bien. Así que, si tomas, digamos, las actuaciones del Manchester City y miras el hecho de que están liderando la Premier League, probablemente puedes encontrar un periodo de un mes o un periodo de dos semanas en el que el City empata dos partidos y pierde uno o gana uno, empata uno y pierde otro, ¿verdad? Y no pensamos que de repente sean terribles porque nos guiamos por la liga. Es simplemente la naturaleza del fútbol de selecciones que nos hace sacar conclusiones basadas en datos muy limitados. Si piensas en lo que has descrito antes de esto, esos doce años, es una gran muestra, son muchos partidos, y puedes decir que, si fuera una temporada de liga y estuvieras sumando victorias y derrotas durante diez o doce años, el registro sería probablemente un reflejo más justo de dónde debería haber estado la selección italiana: en algún lugar entre el número seis y el número diez del mundo, que es probablemente su nivel. Pero, por supuesto, no pensamos así, ¿verdad? Creo que tendemos a exagerar las cosas, y creo que tenemos que mirar cada campaña de clasificación, cada bloque de dos años, aisladamente del resto. Y ver lo que ha pasado, lo que podríamos haber hecho mejor, el nivel en relación con la competencia.

Hay tendencias más amplias, ¿no? Por ejemplo, creo que el equipo de Italia de 2016 fue probablemente el equipo con menos talento en 50 años. Si miras a esos jugadores, son terribles, ¿verdad? Y tenían a un tío que es un entrenador muy bueno, que los entrenó realmente muy bien y pierden contra Alemania en los penaltis. Y pensamos en eso como: “Oh, esa es una buena Eurocopa”. Sí, es una buena Eurocopa con malos jugadores. Así que creo que siempre hay que contextualizarlo en ese sentido. Yo no diría que fue un triunfo. El equipo en 2014 en Brasil quedó eliminado en la fase de grupos y creo que era un equipo con bastante talento, creo que probablemente tuvieron un poco de mala suerte y tuvieron un entrenador que cometió algunos errores. Estamos tomando una fotografía de un mes. Quiero decir que tú lo sabes mejor que yo porque en Brasil es aún más así, ¿no? Se decide quién es bueno y quién es malo —la selección es mucho más importante en Brasil o en Sudamérica en general— basándose en estos torneos cortos y muy limitados.

Abel Ferreira dio una entrevista la semana pasada y dijo que en el fútbol tendemos a buscar siempre a los malos y a los buenos. Siempre estamos exagerando, como has dicho. Paolo Condò escribió en La Repubblica que “esta, como las otras, es una historia sin culpables. Sólo hay una víctima”. ¿Estás de acuerdo con él?

Sí, estoy muy de acuerdo con él. Escribí algo parecido en ESPN. Siempre tenemos estas reacciones después y tenemos estas investigaciones. “¿Necesitamos una revisión? ¿Qué podemos hacer mejor? Necesitamos un cambio estructural, bla, bla, bla…” Y mira, tal vez sí se necesita un cambio estructural, pero el cambio estructural no debería depender de si Jorginho convierte un penalti; dos, en realidad. Y el cambio estructural no debería depender de si Donnarumma llega a ese tiro o si el tío hace el disparo de su vida al final del partido o lo que sea, ¿no? Quiero decir que son formas muy estúpidas de decidir las cosas. Creo que hay que entender que es un deporte de baja puntuación y que a veces cosas raras ocurren. Y vosotros sabéis que Brasil estuvo ¿qué? ¿Cuarenta años sin ganar la Copa América? ¿Es eso posible? Pero sucedió, ¿verdad?

Después de la Eurocopa de 2000, Alemania pasó por un proceso de revisión de toda la estructura de su fútbol y pudimos ver los resultados de ello años después. ¿Crees que debería ocurrir algo similar en Italia?

Creo que ya ha ocurrido. E Italia está produciendo un tipo/calibre diferente de jugador. Por supuesto, cuando se hacen cambios así, también se pierde algo. Alemania solía producir excelentes delanteros centro. Hace años que no tienen ninguno. Creo que este tipo de revisiones aumentan el tipo/número de futbolistas de máximo nivel. Pero cuando se trata de producir superestrellas, creo que hay un azar en juego y no se puede programar para ello. Creo que es más importante contar con entrenadores progresistas que practiquen un fútbol moderno, que animen a los jóvenes y que asuman riesgos. Creo que eso es lo que hace la próxima generación de entrenadores italianos —y formados en la Serie A— en los clubes más pequeños: Zanetti, Thiago Motta, De Zerbi, Juric, Italiano, Dionisi… etc.

En 2006 y 2010 Italia tuvo a Marcelo Lippi, en 2012 y 2014 a Cesare Prandelli, en 2017 a Gian Piero Ventura y ahora a Roberto Mancini. Es difícil ver aquí una continuidad.

Creo que llegaron de forma diferente. Lippi lo había ganado todo con la Juve, era el típico caso de un gran entrenador que quería dirigir a la selección y consiguió su deseo. Prandelli fue nombrado por su estilo de juego —más basado en la posesión, más moderno en algunos aspectos— y, creo, porque nunca había dirigido un club grande y era muy querido como persona. Se le consideraba puro (como se recordará, introdujo un código ético, se manifestó a favor de los derechos del colectivo LGBTQ, etc.). Se le veía como una evolución. Conte, de nuevo, es diferente y, creo, en cierto modo se cayó en el trabajo. Prandelli fue despedido después de la Copa del Mundo, Conte tenía mucho prestigio después de dejar la Juve y teníamos una federación que estaba bajo presión y eligió a Conte sin ninguna visión real a largo plazo. Lo hizo muy bien en la Eurocopa (con un equipo muy limitado), pero siempre fue algo a corto plazo. Ventura es un misterio. No es una opción moderna, ni un hombre popular.  Y luego Mancini… así que estoy de acuerdo en que no hay necesariamente continuidad en cuanto a los tipos de seleccionadores, pero también vale la pena recordar que el fútbol de clubes siempre es más grande, así que sólo vas a conseguir un seleccionador de primera si quiere el trabajo.

“La más sórdida pachanga es de una complejidad shakespeariana”, dijo Nelson Rodrigues. En italiano existe la palabra scaramanzia y los sicilianos son famosos por ser muy scaramantici ¿Lo que pasó contra Macedonia del Norte fue mala suerte?

Más de una cosa puede ser cierta. Puedes tener mala suerte porque esa es la naturaleza fundamental de este juego. Esto no es el baloncesto. En el baloncesto no hay tantas sorpresas porque subes y bajas la pista y tienes 60, 70, 80 posesiones por partido. Hay muchos puntos. Y cuando hay mucha anotación, el equipo que juega mejor suele ganar. En esos tres partidos en los que perdió puntos (los dos contra Suiza y el de Bulgaria), Italia dominó completamente, tanto si quieres usar los expected goals como los tiros o lo que sea; los expected goals contra Macedonia del Norte creo que fueron 3,2 a 0,14. Quiero decir, ¿es mala suerte? Yo no lo llamaría suerte porque es coincidencia, es la naturaleza del juego. En cuanto a la frase de Nelson Rodrigues, creo que es una gran frase. Creo que gran parte de ello es que después, y cuando obtenemos un resultado que no nos gusta, tratamos de buscar explicaciones, somos nosotros los que le ponemos la complejidad, ¿no? Somos los que miramos cada pieza en movimiento, y quizás ciertamente todas contribuyen en algún grado, pero algunas partes son casi irrelevantes, y otras son fundamentales. Y creo que la habilidad del analista es decidir qué partes son importantes y cuáles no.

Por ejemplo, una de las teorías es: “Oh, mira, Italia se volvió complaciente después de ganar la Eurocopa, no trabajaron lo suficiente, bla, bla, bla… No se dieron cuenta del riesgo”. Todas estas explicaciones psicológicas, siempre son muy convenientes después de los hechos porque nunca puedes refutarlas y decir que no son ciertas, ¿verdad? Podrían ser ciertas, ¿quién sabe? Así que nos escondemos detrás de estas cosas. Te daré otro ejemplo que mencioné en mi columna, pero creo que se relaciona un poco con el aspecto del talento: cuando Italia ganó el Mundial en 2006, los delanteros que podías elegir eran Luca Toni, Totti, Del Piero, Gilardino, Inzaghi; esta vez tienes a Ciro Immobile, Insigne —que creo que es un jugador bastante normal, por algo se va a Toronto el año que viene— y Berardi —que es un buen jugador pero tiene 27 años y sigue en el Sassuolo, por algo será—. Hay un aspecto del talento que también te afecta como entrenador y creo que lo único que significa no es que sean malos jugadores, sino que tal vez si Immobile fuera un gran delantero centro en lugar de un buen delantero centro, tal vez algunos de sus disparos habrían entrado. Así que se limitan las variantes, pero siguen siendo variantes. Y como siguen siendo variantes, el Manchester City puede empatar con el Crystal Palace.

¿Crees que el título de la Eurocopa 2020 fue una botta di culo (pura suerte) como han dicho algunos en la prensa italiana?

No, no es así. Casi todo el fútbol es una botta di culo en cierta medida. Por eso, creo que sólo los tontos juzgan únicamente por los resultados y los trofeos ganados. Sobre todo en el fútbol de selecciones. La Eurocopa 2020 fue una actuación tremenda por la forma en que jugó Italia y por el hecho de que fue ofensiva y moderna y valiente. El único equipo que les superó, en mi opinión, fue España en la semifinal. ¿Fue suerte que superaran a España o incluso que Inglaterra fallara sus penaltis e Italia no lo hiciera en la final? Si te empeñas en llamarlo así, claro. Pero entonces es suerte que Bélgica fallara sus ocasiones contra Francia en 2018, suerte que Higuaín perdiera esa oportunidad contra Alemania en 2014, suerte que España ganara todos esos partidos por 1-0 en 2010, suerte que Zidane diera un cabezazo a Materazzi en 2006 y fuera expulsado e Italia ganara en los penaltis, suerte que Ballack fuera suspendido en la final de 2002, suerte que lo que le pasó a Ronaldo le pasara antes de la final de 1998, suerte que Baresi y Baggio fallaran sus penaltis en 1994, suerte que el piscinazo de Klinsmann le diera un penalti a Alemania en 1990, suerte con la Mano de Dios en 1986, suerte con la parada de Zoff en el último minuto contra Brasil en 1982… siempre es suerte…

En 2006 Italia tenía, como has dicho, algunos jugadores de clase mundial en ataque; y luego, después del Mundial de 2006 parece que Italia ha dejado de producir este tipo de futbolistas. Hablé con Tim Vickery la semana pasada sobre el hecho de que Brasil dejó de producir centrocampistas de clase mundial. ¿Ha dejado Italia de producir excelentes delanteros? Porque si miramos hacia atrás no podemos encontrar ninguno en los últimos años.

Creo que es una muy buena pregunta. Tenía mis esperanzas puestas en Zaniolo. Tal vez aún llegue a lo más alto, pero ¿quién sabe? Hay una corriente de pensamiento que tiende a explicarlo, y es que Italia produjo grandes delanteros centro y jugadores creativos en el pasado, porque el énfasis del fútbol italiano se centraba más en la defensa y el contraataque, y los equipos eran muy cerrados tácticamente, por lo que los delanteros estaban acostumbrados a no tener espacio, a recibir patadas, a no estar protegidos por los árbitros, así que para destacar a lo largo del tiempo tenían que ser muy buenos. Esa es una teoría bastante popular sobre los delanteros centro. En realidad, era una teoría popular sobre los delanteros centro en general para explicar esto en el fútbol mundial hasta hace poco, hasta que aparecieron Erling Haaland y Kylian Mbappé y a la gente ya no le gusta esa teoría, así que se pasa a otra. Es cierto que el fútbol en Italia se ha vuelto más ofensivo, hay más posesión y más juego de construcción, por lo que producimos muchos más centrocampistas de talento. Si, de nuevo, tomas 2006 como ejemplo, en el centro del campo de Italia hay gente como Perrotta, Camoranesi, Gattuso; buenos jugadores, pero ni se acercarían a este equipo de ahora, mientras que creo que todos estos centrocampistas son probablemente mejores que los centrocampistas del equipo de 2006; a excepción de Pirlo y De Rossi.

Pero no sólo delanteros centro, ¿verdad? Jugadores de ataque en general. Has mencionado a Zaniolo; bien. Pero además de él… tenías a El Shaarawy, ¿no? Se habló mucho de él a principios de la década. ¿Dónde está ahora? ¿Y quién más? ¿Insigne?  

Sí, está Balottelli que obviamente no funcionó… Mira, creo que hay más en lo que dices. Creo que otra teoría que hay por ahí (te doy las teorías porque no sé al cien por cien la que yo mismo creo): uno de los argumentos es que como hay un énfasis en la táctica y en el juego colectivo lo que ocurre es que los jugadores que son más individualistas o los jugadores que van al uno contra uno, que están dispuestos a arriesgar, hay menos espacio para que se desarrollen. No sé si me gusta esa teoría. Ahora creo que se está volviendo a animar a más gente a hacer cosas difíciles y esto es algo que he hablado con Vialli y también Mancini ha dicho que una de las cosas que fomenta en Italia es la toma de riesgos.

En Italia, el sentimiento tradicional es que, básicamente, si eres un joven atacante con talento, hasta que no obtienes el permiso debido a tu reputación, nunca debes intentar nada difícil o arriesgado, porque hay un gran estigma asociado a regalar el balón al rival. Así que en Inglaterra si ves a un jugador más joven o incluso a un jugador cualquiera disparando desde 25 metros o intentando superar a tres personas, regateando, todo el mundo aplaude. En Italia la reacción es: “Eh, ¿quién te crees que eres? Te crees Maradona, estás perjudicando al equipo, bla, bla, bla”. Normalmente, el jugador más veterano del equipo te mirará mal cuando hagas eso y el entrenador se enfadará, y esto es así hasta que te conviertes en Totti o Del Piero y entonces se te permite hacerlo todo el tiempo. Se te permite disparar desde 40 metros, se te permite intentar lo imposible.

Y toda esta noción de la necesidad de crecer y de ganarse el estatus, en cierto modo está bien. Pero [los jugadores que arriesgan] es una de las cosas que más le gustan a Mancini. Por ejemplo, trajo a Zaniolo muy pronto y dijo que a Zaniolo no le importa, que no dice eso de: “Oh, no quiero hacer eso porque podría perjudicar a mi equipo y soy uno de los jugadores más jóvenes”. Zaniolo tiene esa personalidad. Verratti creo que es un gran ejemplo, Verratti tiene esa personalidad y creo que, en parte, la razón es que nunca fue un jugador joven en un equipo italiano. Tuvo un año en el Pescara cuando tenía 18 años y luego se fue. Si Verratti se hubiera marchado a la Juventus, no sería ni de lejos el jugador que ha sido, porque habría estado en un equipo con veteranos y con gente que le hubiera dicho que se sentara y defendiera y que fuera disciplinado y: “No, nunca debes dar un taconazo y bla, bla, bla, o te pondré en el banquillo”. Y eso obviamente no ayuda.

Y creo que, relacionado con esto, cuando pienso en los jóvenes jugadores de ataque que están surgiendo y que son considerados muy buenos, la mayoría de ellos han tenido ascensos bastante inusuales: Zaniolo fue echado del Inter, antes de eso creo que estaba en La Spezia, es decir, en un equipo muy pequeño a nivel juvenil; Scamacca también era considerado como alguien indisciplinado, que se movía de un lado a otro… y juega con esa confianza que en Italia a menudo no se ve.

Así que parece ser un problema cultural.

Sí. Y luego se casa con otra cosa que es más un problema estructural.  Lo que estaba describiendo, también creo que está cambiando definitivamente. Y el problema es que los cambios tardan en manifestarse. Pero si nos fijamos en la categoría sub-21, hay muchos más jugadores italianos, y mira, algunos de ellos no son tan buenos, pero juegan con confianza y creatividad y no tienen miedo de cometer errores: Zaccagni, Rovella, Fagioli (pese a que está en la Juve y, por lo general, la Juve le quita la vida a un joven talento). Obviamente, Frederico Chiesa también es un gran ejemplo de ello. Es un caso especial por quién es, dónde creció y quién es su padre. Entonces sí, tenemos jugadores así, que están surgiendo, así que esa parte está cambiando.

La parte que es un problema estructural es que hay un problema de incentivos en cuanto a jugar con los jóvenes cuando se llega a la categoría sub-21 en Italia. Así que en las categorías inferiores lo que ocurre es que se puede fichar a jugadores de otros países de la Unión Europea a los 18 años e incluso a los 16 en muchos casos. Muchos equipos juveniles italianos están llenos de jugadores extranjeros y algunos creen que, por un lado, esto bloquea el camino de los jugadores italianos, pero por otro lado, muchos de estos jugadores extranjeros son inversiones especulativas, porque lo que ocurre es —sólo estoy usando esto como ejemplo— que alguien de, por ejemplo, el Bologna, va a la familia de alguien del Anderlecht o del Le Havre, y el jugador en esos países no puede firmar un contrato profesional hasta que tenga 16 o 17 años, por lo que técnicamente se le puede fichar gratis, así que a los jugadores que son realmente buenos en la categoría sub-16 les das cien mil dólares a los padres y los traes a Italia. Y luego juega en tu equipo juvenil. Y después, si resulta ser mínimamente bueno, puedes venderlo y ganar dinero. Y eso significa que no estás desarrollando tus propios jugadores tanto como lo harías. Es un movimiento puramente especulativo, pero obviamente cada vez que hay un traspaso hay sobornos y agentes y ayudas. Creo que es un problema bastante importante que hay que solucionar, no sólo en Italia.

¿Existe una relación entre la falta de éxito de la selección y los malos resultados en Europa de los equipos italianos en la última década?

No lo creo. Creo que son cuestiones distintas. Francia tiene muchísimo talento y los equipos franceses tampoco lo han hecho demasiado bien.  Tampoco lo han hecho los equipos alemanes.

¿Qué crees que pasará con Roberto Mancini? Se habla de varios entrenadores que podrían ocupar su puesto: Fabio Cannavaro, Andrea Pirlo, Stefano Pioli…

No va a ser despedido. Ha dicho que va a pensar si quiere quedarse. Espero que se quede. Ser seleccionador no consiste sólo en ser un buen entrenador (y creo que él es mejor entrenador que esos tres tíos). También se trata de tener el carisma y la personalidad adecuados. Él lo tiene.

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Foto de portada: cedida por Gabriele Marcotti.