Italia elimina a una España honorable


Italia se acabó llevando el gato al agua. La Squadra Azzurra se impuso este martes en los penaltis en un encuentro en el que, atendiendo a los 120’, no fue en ningún momento mejor que la España de Luis Enrique; ni siquiera después de adelantase en el marcador. Esta es una realidad tan manifiesta como que el fútbol, por suerte, no va de méritos sino de colar el balón más veces en la portería que el rival, y en ese sentido España volvió a adolecer una falta de contundencia muy reveladora en las dos áreas. Porque ocasiones tuvo de sobra para haberse impuesto en los 90’ reglamentarios sin necesidad de que el partido se fuese a la prórroga y los penaltis, pero la falta de acierto esta vez acabó siendo condenatoria. Italia vuelve a la final de una Eurocopa nueve años después, que se dice pronto, cuando llegó en 2012 pero acabó cayendo precisamente ante España, y lo hace (que sin duda es lo más importante), eso sí, después de haber ofrecido bastantes dudas en el partido; aunque, a todo esto, ya suma 33 partidos consecutivos sin conocer la derrota, que es una barbaridad.

Italia 1 (Chiesa 60′)
España 1 (Morata 80′)

ESP vs ITA - Football tactics and formations

Porque España fue mejor durante muchísimos más minutos. Salvo la segunda parte de la prórroga, donde Italia quizá consiguió respirar con algo más de alivio, lo cierto es que la selección de Luis Enrique Martínez fue muy superior a la mejor selección del torneo. El seleccionador asturiano sorprendió a propios y extraños con su decisión de partida, sentando a Álvaro Morata (al cual ha defendido en todo momento a capa y espada) para dar entrada en su lugar a un Dani Olmo muy participativo de principio a fin como falso 9. Por otro lado, Eric García fue el acompañante de Aymeric Laporte en el centro de la zaga y esto desplazó al dorsal ’24’ de la selección española a su mejor perfil, el izquierdo. La idea de partida fue buena, que conste. Luis Enrique entendió que la mejor forma de desequilibrar a Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini era jugando sin referencia fija en el ataque, y España jugó una hora de partido (hasta la entrada de Álvaro Morata) sin un ‘9’ puro dentro de su sistema.

Desde un primer momento, Dani Olmo se ofreció con absoluta libertad posicional por todas partes. Bajaba a recibir a los dos perfiles, por delante de los dos interiores habituales de España (Pedri, izquierda, y Koke, derecha), se ofrecía entre líneas y, con sus acciones, aceleraba y dinamizaba el juego tirando de recursos de muchos quilates: completando descargas al primer toque (orientando lo justo el interior del pie para conectar de primeras con el hombre libre), realizando controles con la pierna más alejada (lo cual le permitía salir con un control orientado) y dejando conducciones con balón pegado al pie que giraron a la Azzurra. Y lo mejor de todo es que Olmo mantuvo este nivelazo durante todo el partido.

Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci comandaron la defensa italiana en el área. Foto: Daniel Hambury/Focus Images Ltd
Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci comandaron la defensa italiana. Foto: Daniel Hambury/Focus Images Ltd

De esta forma, alejando a Dani Olmo de los dos centrales italianos para explotar todas sus recepciones a espaldas de los centrocampistas, Luis Enrique consiguió darle a España la vía de acceso principal para superar las dos primeras líneas de Italia y adentrarse en campo rival. Sin embargo, a la selección española le faltó hacer bueno ese plan durante la primera parte. Con Ferran Torres (izquierda) y Mikel Oyarzabal (derecha) en los dos costados, siempre muy abiertos, esperando el momento clave para soltarse de la banda (donde atraían y fijaban la atención de los dos laterales italianos, Giovanni Di Lorenzo y Emerson Palmieri), España echó en falta un recurso extra (un futbolista o una jugada) que acabase de atacar la integridad de los dos centrales, Bonucci y Chiellini, que, pese a lo fácil que España cruzaba la divisoria y encontraba referencias libres por dentro, consiguieron defender cómodos durante los primeros 45’. La idea era buena, y por ahí le empezó a ganar la partida táctica Luis Enrique a Roberto Mancini, pero se quedó a medias ante la necesidad de sumar una amenaza profunda y agresiva en el área. Y eso que situar a Ferran Torres en la izquierda, facilitándole esa diagonal (con y sin la pelota) hacia dentro para salir con su mejor pie (el derecho), era una estrategia muy coherente (y consecuente) con el plan escogido.

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España consiguió desactivar y anular el buen arranque de Italia imponiendo su juego de pases, y encontrando constantemente a Olmo y Pedri a espaldas de Jorginho (pivote) y Nicolò Barella (interior) en el perfil centro-izquierda. Sergio Busquets fue creciendo en el encuentro, ganando presencia en campo rival, juntando a la selección y garantizando el mejor escenario posible para presionar tras pérdida, mientras que los dos centrales, tanto Aymeric Laporte como Eric García, se mostraron muy expeditivos y contundentes en sus acciones para anticiparse y anular (antes que corregir al espacio) las recepciones de Ciro Immobile tras cada recuperación y salida al contragolpe de la selección italiana. Porque el plan de la Nazionale fue ese durante muchos minutos: defender organizada en su propio campo, tratar (sin demasiado éxito) de aguar las posesiones de España y a toda velocidad desde los pies de Lorenzo Insigne (lanzando) y las piernas de Immobile (corriendo). De hecho, el 1-0 llegó en una acción así. España perdió mal el balón, Gianluigi Donnarumma encontró libre a Marco Verratti (con tiempo y espacio) y la dupla entre Ciro Immobile y Federico Chiesa cogió desprotegida a una selección que solo pudo ver cómo el disparo del extremo de la Juventus (tan buen competidor como jugador) se coló ajustado al palo largo.

Morata hizo el gol del empate, pero luego falló el penalti en la tanda. Foto: Ryan Dinham/Focus Images Ltd
Álvaro Morata hizo el empate, pero luego falló el penalti en la tanda. Foto: Ryan Dinham/Focus Images Ltd

Dicho lo cual, España mejoró después del 1-0 a raíz de los cambios. Luis Enrique acertó también en la dirección de campo, dando entrada a Álvaro Morata (y después a Gerard Moreno, Rodrigo y Marcos Llorente antes de la prórroga), y el delantero madrileño se complementó a la perfección con el mejor futbolista del partido, Dani Olmo. Morata le garantizó desde su entrada al futbolista del RB Leipzig la amenaza y el equilibrio (en los movimientos) que nadie le había dado hasta ese momento, y de una recepción interior de Morata, en la que condujo, atrajo la marca en la presión de los rivales, se apoyó en Olmo en el momento exacto y se desmarcó a la espalda de Chiellini (cuando este saltó a encimar fuera de zona), el futbolista de la Juventus firmó el 1-1 definitivo (en el tiempo reglamentario) tras definir bien delante de un Gianluigi Donnarumma menos seguro que otras ocasiones.

Evidentemente, espoleada por el gol, España continuó creciendo en el partido. Acabó mejor y empezó también muy bien la prórroga, mandando a través de la posesión, y consiguiendo que Italia apenas tuviese opción de amenazar desde tan lejos (pues solo Domenico Berardi le aseguró cierto oxígeno a su selección tras las sustituciones de Insigne e Immobile), pero no acabó de remontar el encuentro y el choque se fue a la tanda de penaltis. Desde los once metros ambas selecciones empezaron fallando. Manuel Locatelli, que apenas tuvo impacto en el partido desde su entrada al campo poco antes de la prórroga, erró el primero, y Dani Olmo, que seguramente fue el mejor futbolista de todo el partido, falló el suyo. Donnarumma le acabó parando el cuarto a Morata y Jorginho acabó marcando para clasificar a Italia a su primer final desde el año 2012. España, que seguramente hizo su partido más completo en lo que va de torneo, acabó cayendo en los penaltis. E Italia, en su versión más vulnerable en esta Eurocopa, nos recordó por qué nos gusta tanto el fútbol. Porque es impredecible; no hay nada escrito. Y partidos así demuestran que su esencia, en el fondo, permanece intacta.

Italia jugará en esta Eurocopa su primera final desde el año 2012. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd
Italia jugará en esta Eurocopa su primera final desde el año 2012. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd

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Foto de portada: Paul Chesterton/Focus Images Ltd.