Italia se corona en Wembley


Italia es la nueva campeona de Europa. La Squadra Azzurra conquistó este domingo en Wembley la segunda Eurocopa de toda su historia tras imponerse en la tanda de penaltis a Inglaterra. La edición más loca e impredecible que se recuerda de este torneo en los últimos años solo podía tener un final como este, con prórroga y penaltis, y en la tanda se acabó imponiendo un guardameta que, a sus 22 años, ya ha ganado cinco tandas entre club y selección. Gianluigi Donnarumma es el gran elegido para convertirse en el mejor portero del mundo en los próximos años y con la actuación de esta noche en Londres, deteniéndole dos penaltis a los ingleses, seguramente ha entrado a formar parte de otra dimensión en el oficio más especial de este deporte. Italia vuelve a reinar en el Viejo Continente, y lo hace en uno de esos partidos que quedarán para la historia del fútbol: derrotando a Inglaterra en su propio estadio, en Wembley, y alargando su racha como invicta a 34 encuentros sin perder.

Italia 1 (Bonucci 67′)
Inglaterra 1 (Shaw 2′)

ENG vs ITA - Football tactics and formations

Roberto Mancini le dio continuidad desde el arranque al sistema 4-3-3 que tan bien le ha funcionado. Con Federico Chiesa ya asentado como extremo derecho (en detrimento de Domenico Berardi, suplente), y un centro del campo de tres alturas con Jorginho (de pivote), Marco Verratti (interior izquierdo) y Nicolò Barella (interior derecho), Italia salió en Wembley con la intención de ser agresiva en su idea, tratando de presionar de cerca los primeros pases de Inglaterra, pero antes de que llegase a encajar su trabajo sin balón con la fase de salida rival la selección de Gareth Southgate consiguió golpear primero. Harry Kane, muy alejado desde el principio de la vigilancia de Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci, se ofreció continuamente muy abajo en los dos costados, tanto por izquierda como por derecha, y en una de esas, recibiendo por dentro un balón desde la banda de su carrilero izquierdo, Luke Shaw, consiguió girar la presión de Italia y habilitar la subida por el sector opuesto de un Kieran Trippier que activó en el segundo palo la entrada y el remate del propio Shaw para hacer el 0-1. Inglaterra consiguió adelantarse muy pronto, de hecho, con este tanto, firmó el gol más tempranero de toda la historia en una final de una Eurocopa, y, además de eso, algo clave, encontró en esos apoyos exteriores de Harry Kane un muy buen recurso para salir, juntarse, girar la presión del rival y acelerar el juego haciendo muy ancho el campo.

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Italia tuvo problemas en ese primer tramo del encuentro para encajar su presión con el sistema de tres centrales y dos carrileros que alineó Gareth Southgate. El técnico inglés apostó desde el principio por Kieran Trippier como carrilero derecho, muy determinante en la acción del primer tanto, y decidió jugar con los dos extremos bastante abiertos, Mason Mount (izquierda) y Raheem Sterling (derecha) con el objetivo de ensanchar el juego y fijar los posibles saltos en la presión de los dos laterales italianos, Giovanni Di Lorenzo (derecha) y Emerson Palmieri (izquierda). Por ahí empezó a desequilibrar el encuentro Inglaterra, encontrando siempre liberado a Harry Kane en sus apoyos a uno y otro lado, aunque, como era de esperar, Southgate decidió que la mejor manera de proteger el resultado era a partir del espacio (replegando y corriendo, como tantas otras veces) y no a través del balón.

Inglaterra consiguió adelantarse muy pronto con el gol de Luke Shaw. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd
Inglaterra consiguió adelantarse muy pronto con el gol de Luke Shaw. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd

La Azzurra fue creciendo con el paso de los minutos. Lorenzo Insigne (extremo) y Marco Verratti (interior) empezaron a juntarse y relacionarse en su perfil, asociándose en corto y organizando el juego de su selección en torno a sus dos posiciones cerca del pico del área, lo cual le permitió a Italia asentar una presión tras pérdida cada vez más eficaz, pero esta sociedad fue perdiendo peso a medida que se acercaba el descanso y el mejor futbolista italiano del primer tiempo, y seguramente también del segundo (hasta que se retiró lesionado) fue Federico Chiesa. El futbolista de la Juve entró enchufadísimo al partido, como si la tensión del himno corriese por sus venas, y de su propia voluntad, ya que Italia no encontró el modo de juntarse sobre un sector (izquierdo) para dañar por el otro (derecho), como tan bien había conseguido hacer en esta Eurocopa, la Azzurra consiguió acercarse con peligro al área de Jordan Pickford. A Chiesa le da igual ocho que 80, como demostró tras el descanso, y con la salida de Ciro Immobile (de nuevo muy desacertado en todas sus acciones fuera del área), y la entrada de Domenico Berardi para que Lorenzo Insigne actuase en punta, pasó a atacar desde el perfil izquierdo, es decir, a pie cambiado, y consiguió mantener un volumen de ocasiones muy positivo para su selección. Italia siguió creciendo durante la segunda parte, aprovechando que su rival defendía cada vez más abajo (sin amenaza apenas al espacio), y a balón parado, en una acción en la que intervinieron dentro del área los dos centrales, Chiellini y Bonucci, firmó un empate que reforzó esa misma dinámica: Italia continuó creciendo, espoleada por el tanto, e Inglaterra, defendiendo.

El partido llegó a la prórroga con la sensación de que Italia había acabado mucho más entera. El balón había sido suyo, como reflejan los datos (65%-35% posesión), y había generado más y mejores cosas sobre la portería de Jordan Pickford (cuatro remates a puerta por ninguno entre los tres palos de la selección inglesa). Sin embargo, el cuadro de Southgate se repuso en la primera parte de la prórroga, aprovechando la entrada al césped de Jack Grealish, y consiguió que la única amenaza de Italia naciese de los apoyos de espaldas de Andrea Belotti (bastante activo desde su entrada, todo hay que decirlo). Pero Inglaterra no aprovechó su momento, no consiguió doblegar a Italia en ese tramo de la noche, ya con Kalvin Phillips como pivote en solitario (en el 4-1-4-1 desde el que defendía la selección de Gareth Southgate), y con Bukayo Saka en el costado derecho, y es ahí donde emergieron las figuras de Chiellini y Bonucci en la protección de su área. El partido del primero es para volver a verlo repetido por la forma en la que consiguió imponerse en un escenario complicado, muchas veces y durante muchos minutos lejos de su propia área, tirando de todo tipo de recursos para llegar a todas esas zonas y situaciones donde ya no puede por físico. Chiellini deja para el recuerdo (entre otras muchísimas acciones) un corte dentro del área a Raheem Sterling, cerca de la línea de fondo, cuando este había logrado superarle en primera instancia para rematar ante ‘Gigi’ Donnarumma.

Italia acabó imponiéndose en la final en la tanda de penaltis. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd
Italia acabó imponiéndose en la final en la tanda de penaltis. Foto: Paul Chesterton/Focus Images Ltd

La dirección de campo de Gareth Southgate puede ser discutible, y seguramente traerá cola entre los aficionados y los medios ingleses, pero decidió dar entrada a dos jugadores del talento de Jadon Sancho y Marcus Rashford para la tanda de penaltis y ambos, cosas del destino (y seguramente también de la cabeza), acabaron fallando sus lanzamientos. Gianluigi Donnarumma se hizo enorme en la tanda, sacando los dos penaltis decisivos (tras el fallo de Jorginho), y con esta actuación demuestra que, pese a su juventud, está perfectamente preparado para asumir cualquier reto a estas alturas de su carrera. Italia vuelve a dominar el fútbol europeo 53 años después, que se dice pronto, tras conquistar su primera Euro en 1958, y lo hace a costa de una Inglaterra que en términos colectivos seguramente haya sido la mejor selección de esta Eurocopa (pues ha tenido comportamientos propios de un equipo a nivel de solidez), pero que ha acabado ahogándose en la orilla después de jugar su primera final de esta competición. Todo ello en una edición que vamos a recordar durante años.

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Foto de portada: Paul Chesterton/Focus Images Ltd.