Jacob Mendy aún no se lo cree


Qué momento. Después de sacar de banda, Jacob Mendy arrancó por el carril izquierdo hasta llegar a la línea de fondo. “Vi que dos defensas rivales fueron a tapar a un centrocampista nuestro, dejaron un hueco y me metí por ahí. Se me escapó la pelota un poco pero al final llegué y la pasé atrás. No vi el gol porque estaba pendiente de no estrellarme contra la valla, pero fuimos todos corriendo hasta nuestro campo, donde estaba la grada visitante, para celebrarlo con nuestra gente”. El Boreham Wood, de quinta división, se adelantaba en la FA Cup en casa del Bournemouth, que pugna por regresar a la Premier League. Tres categorías hay entre unos y otros. Una brecha que los de blanco y negro minimizaron con coraje y valentía. Ya desde el inicio fueron a por el partido. Presionaron arriba, dificultando la salida de la pelota del equipo que entrena Scott Parker. Y les castigaron. Hay estadios en quinta división más grandes que el del Bournemouth. Pero como cuenta Mendy, no imponía el campo sino la ocasión. A los de Borehamwood, un pueblo al norte de Londres, se les presentaba la ocasión de convertirse en el quinto equipo de Non-League que se metía en la quinta ronda de la FA Cup desde el final de la Segunda Guerra Mundial. “La presión era toda para ellos, nosotros no teníamos nada que perder. Preparamos el partido a conciencia, practicamos muchas jugadas de estrategia y a balón parado. Confiamos en nuestras posibilidades, y al final salió bien”.

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Jacob Mendy llegó a Madrid junto a su familia cuando tenía seis años. Natural de Faji Kunda, Gambia, ha pasado casi la mitad de su vida en España. Trece años, concretamente. Fue entonces cuando empezó a interesarse por la pelota. “Mi mejor amigo jugaba en una escuela de fútbol y el entrenador me invitó a participar y dije que sí. Poco a poco fue gustándome más”. Creció el joven, y también su calidad. Con 17 años accedió a la cantera del Atlético de Madrid, una etapa fugaz que terminó cuando el descenso del filial colchonero propició la desintegración del Atleti C, donde jugaba nuestro protagonista. “Me fui entonces al Puerta Bonita, en Tercera División, pero como no tenía muchos minutos me fui a Regional, al Parla Escuela. Poco después me vine ya a Londres”. No apareció ningún ojeador ni ningún contrato. No fue el fútbol lo que motivó a los Mendy a hacer las maletas y construir un nuevo hogar en Inglaterra. Había que buscarse las habichuelas. “Yo quería ser futbolista, pero no sabía por dónde empezar. No conocía el idioma, no conocía a nadie. Siempre he sido una persona con los pies en la tierra, de disfrutar del ahora y de lo que tengo y de no darle muchas más vueltas al resto. Pero quería intentarlo”.

Jacob tuvo varios empleos, siendo el más exigente en una planta de reciclaje. Tuvo que ponerse las pilas cuando su padre se lastimó el tobillo y tuvo que dejar de trabajar. A Jacob le tocó hacerlo todos los días. Sábados y domingos incluidos. “Los fines de semana tenía que plantarme allí a las 2 de la mañana para poder trabajar, aunque no empezaba hasta las 7. Cogían a los 50 o 60 primeros, depende de las tareas que hubiese y ya me tiraba allí todo el día. Mi padre no podía trabajar, así es que tuve que currar mucho para poder pagar el alquiler. Luego me metí en la obra, mientras estudiaba y jugaba al fútbol”.

Empezó entonces un camino que sigue recorriendo hoy en día. Lateral izquierdo, extremo o carrilero, Jacob Mendy lo quiere todo. Ayudar en defensa y contribuir también en las jugadas ofensivas. “De pequeño me fijaba mucho en Abidal, pero sobre todo en Dani Alves y Marcelo. Ese es el tipo de futbolista que me gustaría llegar a ser”. Se salió en el Redhill en su primera campaña en Non-League. Marcó 17 goles y repartió 19 asistencias. Luego se marchó al Carshalton, en ligas superiores. Y de ahí pasó al Wealdstone, donde marcó 19 goles en dos cursos. Le iba bien, empezó a verlo claro. “Trabajaba, estudiaba y jugaba a fútbol. Casi no descansaba, solo un rato por las tardes. Luego dejé los estudios y me centré en el trabajo y en el fútbol”. El pasado verano se convirtió en futbolista profesional. “Vino el Boreham Wood a por mí. Tenían muchas ganas de ficharme, y el entrenador me impresionó. Luke Garrard y yo somos jóvenes, pero somos ambiciosos. Hablamos de meter al equipo en League Two y me encantó todo lo que me contaba. Creo que tenemos equipo para conseguirlo pronto”.

Jacob Mendy encara a su par. | Foto Dylan Clinton.
Jacob Mendy encara a su par. | Foto Dylan Clinton.

Tan interesado estaba el equipo de la National League que pagaron 20.000 libras por su traspaso. El futbolista más caro en la historia de este humilde club. “Al principio hacían muchas bromas. En los entrenamientos, cuando recibía una falta o una patada el entrenador bromeaba pidiendo a mis compañeros que tuvieran cuidado conmigo, que costaba mucho dinero”. Inmersos en una liga semi-profesional en la que se encuentran clubes clásicos en horas bajas como el Stockport County o el Notts County, equipos que vienen desde abajo o entidades con una importante inversión detrás, caso del Wrexham. Con tres jornadas menos que el resto de conjuntos en puestos de play-off, y con seis puntos menos que el líder, el Boreham Wood busca meterse en la Football League.

En el horizonte asoma Goodison Park, donde el equipo de National League disputará su próximo encuentro en la FA Cup. Aún es pronto, Mendy sigue asumiendo lo sucedido el domingo. “Aún no me lo creo. No me he hecho a la idea todavía, pero sí, tengo muchas ganas de que llegue el día”. Durante la primera semana de marzo, el Boreham Wood se medirá al Everton. Jacob Mendy jugará en un estadio de la Premier League. Cuesta creer. Imaginen. Hasta el pasado verano, el muchacho trabajaba en la obra.

Foto de portada: Dylan Clinton / Boreham Wood FC.