Lo primero es lo primero


Sí, gente. Así es. El equipo del barrio es el flamante campeón de la North West Counties Football League First Division South. Un glamuroso ascenso a la novena categoría del fútbol inglés en un año irrepetible para el West Didsbury & Chorlton y para nosotros. Empezamos la campaña manteniendo la distancia social en los partidos, incluso con aplazamientos y bajas por el maldito virus ese que parece que no está, pero que sigue estando, pero quizá no por mucho tiempo. O quizá sí, a mí no me pregunten que no lo tengo nada claro. El caso es que durante estos últimos meses, la vida ha amagado con volver a una normalidad poco normal. La incertidumbre y los temores del último par de años, nos ha cambiado a algunas personas. O solo ha reforzado ideas que ya pululaban por nuestra cabeza. Por ejemplo, el trabajo. Antes no lo entendía muy bien, pero es que ahora me parece una auténtica salvajada. Una locura, no sé cómo hemos llegado a esto de dedicar la mayor parte del día, la mayor parte de la semana, la mayor parte del año, la mayor parte de nuestras vidas, a ganarnos las habichuelas. Lo primero es lo primero, pero siempre que se oye esta frase es en referencia a las obligaciones y responsabilidades laborales. Disfruta al máximo de la vida, pero con asterisco. Solo en fin de semana y en contadas ocasiones al terminar de trabajar, que al día siguiente tienes que estar a tope. Es demencial.

Me van a perdonar la rajada, pero es que, como ya les he dicho, el equipo de mi barrio, aquí en Manchester, ha ganado la liga. Y ahora ya no me callo. Después de meses de inventar cánticos, de diseñar banderas, de empaparnos y de pasar frío, de bailar en bares propios y ajenos, al final pudimos ver a los nuestros levantar una copa minúscula en un día soleado. Futbolistas con los que nos hemos tomado alguna pinta que otra, con los que hemos bromeado y discutido. Como ha pasado con amigos y vecinos. Qué cosa tan bonita esta. Ser. Estar. Pertenecer.

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Abracé con mucha sinceridad. Primero a mi pareja cuando acabó el partido en casa del Barton. Tomé su mano y la invité a invadir el campo, no íbamos a ser los únicos. Hubo besos sobre el césped. También humo, sonrisas, ruido y luz. Y momentos de separarse de todo aquello, de saborearlo y de volver a sumergirse en un mar de brazos y piernas. Me recordó a las invasiones y a las explosiones de alegría que también tuve cuando celebré los éxitos del equipo de la ciudad en la que nací. Dos ascensos a primera división e incluso una clasificación para la Europa League. Una auténtica gozada y un auténtico placer. Éxtasis. Entonces no creía los resultados deportivos, ahora me costaba digerir haber contribuido de alguna manera a construir algo tan bonito. Y esto no ha hecho más que empezar.

Cuando llegué a Manchester, hace más de seis años, tenía pocas cosas claras, pero una de ellas iba a ser ir a ver fútbol e, inevitablemente, tomarle cariño a algún equipo. Es lo que tiene el roce. Hice por evitar la premeditación y tomar decisiones de antemano. Me acerqué al FC United of Manchester, al Stockport County, pasé por Old Trafford y el Etihad también, pero mi sitio estaba a orillas del río Mersey, al sur de Manchester. En un campo sin gradas en el que lo normal era estar junto a 500 personas y no 5.000 ni 50.000. Cada cuál ha ido aportando su grano de arena para tener lo que tenemos hoy en día, un club a disposición de sus vecinos y que nos entretenga los sábados por la tarde. No queríamos mucho más, pero cada cuál lo quería de una manera. Aprendimos a entendernos y a trabajar juntos. A anteponer, de alguna manera, al de al lado antes que a uno mismo. Y a confiar en el de al lado casi tanto o más como en uno mismo. Aprendí, esto ya en singular, que en cuanto salga un partido fuera de casa interesante en el calendario, hay que prepararlo. Dejar mi planificación para el viaje a la Isla de Man a última hora fue una de las peores decisiones que tomé en los últimos meses. Por suerte, los Ravens ganaron el play-off de ascenso el pasado fin de semana y la North West Counties Football League Premier Division me ofrecerá una segunda oportunidad. Ya me las apañaré en el trabajo, que lo primero es lo primero.

 

Fotos: Vaughan W.