Los 5 jóvenes que se quedaron por el camino en la Bundesliga


Si algo se debe achacar al archicriticado “fútbol moderno” es que el aquí, el ahora, ha absorbido la mínima paciencia que quedara a los directivos. Al igual que ha pasado con los aficionados. Marcados por las apariciones de los Erling Håland, los Timo Werner o los Kai Havertz, ya asociamos el brillar joven y muy bien a todo mínimo jugador que asoma un poco la cabeza en la elite del fútbol, esperando con la recargada para apuntar y disparar en cuanto tenga un momento de bajón. Y nos olvidamos de que hay muchas estrellas mundiales que no se asentaron o brillaron entre los mayores hasta tener más edad que ciertos jóvenes de la Bundesliga actual que son ya retirados por un mal partido.

Robert Lewandowski no llegó a la Bundesliga hasta los 22 años, y hasta los 23 no marcó más de 8 goles en un curso. Miroslav Klose, máximo goleador de la historia de los Mundiales, no jugó con la absoluta alemana hasta los 23 años y hasta rondar los 24 no superó los 10 tantos en Bundesliga. Y para acabar con esta tríada de delanteros del siglo XXI del Bayern, el caso de Luca Toni es paradigmático de igual manera. A los 26 años, aun estaba alternándose entre la Serie A y la Serie B, y hasta los 30 no llegó al conjunto bávaro.

Y al igual que hay muchos casos de llegar tarde, pero hacerlo bien, hay otros jugadores que llegaron muy pronto, quizá demasiado, rompieron récords, hicieron sonreír a miles de personas, y se quedaron por el camino. Sirviendo estos cinco casos concretos de jóvenes que no llegaron al estrellato en la Bundesliga.

1. Julian Draxler

El actual jugador del Paris Saint-Germain tiene todavía 27 años. Será libre este verano, y fichará por un club que posiblemente le convenga más que lo que le convenían los galos. Pero lo cierto es que se esperaba mucho del 4º goleador más joven en la historia de la Bundesliga, el más joven en la historia del FC Schalke 04. Y la cuestión es que no ha sido nada de lo que esperábamos. Aunque este curso ha mejorado algo su rendimiento, desde su irrupción en el equipo de Gelsenkirchen no ha hecho más que caer en picado. Marcó gol a los 17, a los 19 ya había logrado una temporada de 10 goles en liga, y a los 20 ya había acumulado más de 10 goles y 10 asistencias en apenas 6000 minutos. Y ahí toco techo, y empezó a caer. Con 21 ni alcanzó los 800 minutos, con 22 se recuperó un poco en el Wolfsburg, y con 23 volvió a desaparecer de la faz del fútbol de estrellas. Llegó al PSG, y desapareció. Todo por culpa de las lesiones.

Julian Draxler en un partido frente a Schalke 04 en su etapa como Lobo. Foto: Imago.

El tendón de aquiles, sus músculos, problemas en el pie por estar fuera de forma por sus lesiones… todo se convirtió en un bucle eterno que jamás parece tener fin. En el recuerdo quedará esa eliminatoria ante el Real Madrid en Champions League, logrando poner contra las cuerdas al conjunto merengue, en abril de 2016, que hizo soñar a toda Europa. Y como los sueños, sueños son, dolorosamente tocó despertar. Y quedará ese gusto que era de los que más prometían en la Bundesliga y nunca logró tocar el cielo con sus manos. Al menos, por ahora.

2. Ibrahim Tanko

El ganés, nacido en Kumasi, llegó a Alemania en 1994, y a los pocos meses ya estaba debutando en Bundesliga con Borussia Dortmund, siendo el segundo jugador más joven entonces en aparecer en un partido de la competición. Y en abril de 1995, por culpa de sus lesiones, en su tercer partido desde octubre, marcó gol. Le había llevado poco más de 100 minutos abrir su cuenta goleadora en el fútbol profesional, pero había costado mucho sufrimiento. Y tal y como apareció en el Dortmund, su físico se lo llevó. Las siguientes tres temporadas completaría 20 partidos de liga entre el primer equipo y el filial, que jugaba en Oberliga, y empezaría a portar con más asiduidad la camiseta del BVB II antes que la del equipo “senior”. Por culpa de sus lesiones y de sus hábitos.

Ibrahim Tanko como abeja.

Habiendo sido suspendido por consumo de “cannabis” por el conjunto aurinegro, en enero de 2001 fue dejado libre, firmando la semana siguiente por el SC Freiburg. Marcó en su cuarto partido, dejando buenas sensaciones para el siguiente curso. Hasta que se lesionó la rodilla, y volvió a sus antiguas dinámicas del Dortmund: jugar partidos “aquí y allá”, sin demasiada regularidad, apareciendo también por el “B”. Hasta que en 2005 batió una marca personal de partidos jugados, con 27, siendo la primera vez en toda su carrera que superaba los 2000 minutos, aunque lo hiciera en 2. Bundesliga. Aun así, la temporada siguiente no jugaría más que un partido, y se retiraría en verano de 2007, con solamente 30 años.

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Fue como una estrella fugaz, hizo que pidieran deseos por y para él, y se fue con la misma intermitencia y sorpresa con la que llegó. Pues Tanko tenía mucho gol en sus botas, y tuvo que acabar resignándose a colgarlas antes de tiempo. Uno de los jóvenes de la Bundesliga por los que más lamento hubo.

3. Wolfram Wuttke

El 6 de octubre de 1979 debutó con el Schalke, y en su siguiente partido, el día 20, a menos de 30 días de cumplir los 18, se convertiría en el segundo jugador más joven en marcar gol en la historia de la Bundesliga. Aquel curso no vuelve a marcar, en la 80/81 añade dos goles a su cuenta particular, y deja el blanco y azul del Schalke en enero del 81 por el negro y blanco del Borussia Mönchengladbach. Cuando comienza su carrusel por Alemania y posteriormente Europa.

Vistiendo la camiseta de Hamburger SV en la decada de 1980. Foto: Imago.

Con 20 años se asentó y destacó de tal manera que en enero de 1983 vuelve al Schalke para pelear la permanencia, sin éxito. Ese mismo verano se muda al Hamburger, y Günter Netzer llega a decir que es “uno de los alemanes con más talento de todos los tiempos”, aunque ya deja caer que su forma de ser y su personalidad le podían pasar factura. Tal y como sucede, pues Ernst Happel, entrenador del HSV, le echa del equipo en septiembre de 1985, tras llamarle de todo menos bonito. En el Kaiserslautern recupera algo de su fútbol, de su regularidad, de su estabilidad, hasta que su conducta provoca que, como ya había sucedido en el pasado, la directiva no quisiera ampliarle el contrato. Se va al Espanyol, y pasado un año ficha por el Saarbrücken, para acabar retirándose en 1992.

La realidad al final es que su cabeza pudo más que su juego. Sus hábitos -Heynckes afirmó que se bebía una cerveza antes de cada partido- arrasaron su cuerpo, como a cualquiera de los jóvenes de hoy, y en cuanto tenía un mal momento de forma, y por eso el nombre de Wolfram Wuttke estará siempre en los libros de historia de la Bundesliga por la razón equivocada. Por no haber sido un jugador, sino un mero espectador del circo de su carrera.

4. Ralf Augustin

El caso de Ralf Augustin es, quizá, el más doloroso de todos. Llegado al Borussia Dortmund en edad juvenil, se adelanta a Wuttke por un año, siendo en 1978, a los 17 años, 11 meses y 13 días, el segundo más joven de la historia en besar la red rival. Marcando además en el que era su debut con el equipo. Al mes siguiente, en su segundo partido con el Dortmund, vuelve a marcar, llevando ya dos tantos en apenas 180 minutos. Siendo estos los únicos dos partidos que completa en toda su carrera en la Bundesliga, que duró 10 encuentros más.

Ralf Augustin como jugador del Alemannia Aachen en un partido contra Aktion Einzelbild. Foto: Imago.

En 1981 se unió al Alemannia Aachen, de la 2. Bundesliga, donde aparece en 6 partidos sin conseguir nuevamente en ninguno de ellos alcanzar la cifra redonda de minutos, y en 1982 se marcha a Fortuna Sittard, de la Eredivisie. Solamente pisaría el césped en 3 ocasiones, pero en una de ellas llegaría a ser titular ante el Feyenoord, líder en ese momento. Al igual que le sucedió en sus anteriores experiencias, a final de temporada, con solo 23 años, cambia de aires una vez más, y aterriza en el FC Bocholt de Oberliga, que entonces era la 4ª categoría del fútbol alemán. Tristemente, no llega a acabar el curso, porque un problema crónico en su tobillo derecho le obliga a retirarse.

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Si habitualmente se suele usar el término de “One Season Wonder” con premeditación y alevosía, el de “Two Goals Wonder” debe ser la etiqueta particular de Augustin. No por él, ni por nadie, simplemente por sus piernas, que no le dejaron destacar, y le dijeron basta prematuramente. Es, verdaderamente, uno de los grandes “y si…” entre los jóvenes de la Bundesliga.

5. Rüdiger Abramczik

Cuando Rüdiger apareció en la primera jornada de la 1973/74, con 17 años, empezó a convertirse en un sustituto habitual de Ivica Horvat. Pero hasta enero de 1974 no estrenaría su capacidad goleadora. Partiendo como extremo derecho, el 12 de enero marcaría su primer gol en profesionales, superando por 4 meses a Walter Bechtold, que hasta ese momento era el más joven en marcar. Así empezaría a coger carrerilla para, con 20 años, en 1976, lograr marcar 10 tantos en una temporada. Dos cursos después batiría su propia marca, con 18 tantos en la 78/79, y en 1980 se unirá al Borussia Dortmund. Donde supera los 100 encuentros entre todas las competiciones, y deja un buen sabor de boca entre los aficionados. Y en 1983, con 27 años, y entrando en la cúspide física y futbolística de la carrera habitual de los futbolistas, se une al FC Nürnberg. El mayor error de su vida.

Abramczik con uno de los uniformes más lindos de la historia de Borussia Dortmund. Foto: Imago.

Ese año se van a segunda, él se muda a Turquía para jugar en el Galatasaray, y en 1985 vuelve a Alemania, recalando en el Rot-Weiss Oberhausen de 2. Bundesliga. Ya nada es igual. Se nota que ha perdido la chispa y la magia, tal característica de los jóvenes de la Bundesliga, que antes brotaba a borbotones. Y en el 87 vuelve al Schalke. Retirándose en el 88 del fútbol profesional para ir a jugar en los Wormatia Worms y el FC Gütersloh, amateurs, poniéndole un apesadumbrado punto final a su carrera a sus 32 años.

Fue el que mejor rendimiento dejó en una campaña única y pura, ateniéndose a los números -se le llegó a llamar “Flankengott”, el “extremo Dios”-. El que más alto llegó. Y acabó cayendo rápidamente a las penumbras. Tardó 9 años en tocar techo, y solamente 5 en hundirse en el lodo.

La paciencia que debería primar a la hora de hablar de los jóvenes de la Bundesliga

Cada caso y cada contexto vitacional de los jóvenes de la Bundesliga es distinto. No todo el mundo puede llegar a ser el mejor del mundo. Algunos, a pesar de sus decepciones, acaban haciendo una carrera más que digna, y otros simplemente acaban tildados de fraude o fracaso. El problema es que, hoy en día, lo segundo es más habitual que lo primero. Y no hay duda alguna  de que alguno de los “niños” que ha aparecido en los últimos tiempos acabará corriendo la misma suerte que los mencionados en este artículo. Esperemos, eso sí, que no tengan la mala fortuna de seguir los pasos de Ralf Augustin.