Partido Polish Boyfriend: Árabes contra yankees en suelo francés


París puede vivir la próxima temporada su primer derbi en Primera en 35 años. Para encontrar el último derbi en la capital francesa tocar ir hasta un PSG-Racing Matra en la temporada 1989-90, cuando el Racing ganó 1-2 en el campo del PSG el mismo año de su descenso. Ahora, el Racing es un fantasma en categorías amateurs. El club que puede ascender ocupa la segunda posición: es el FC París. Un club que, en su momento, era parte del PSG. Contar el nacimiento de estos clubes no es una tarea fácil. Tampoco contar su presente, pues uno gana ligas gracias al dinero de Catar. Y el otro quiere ascender con el dinero de… Baréin. Dos pequeños estados del Golfo Pérsico, ricos gracias al petróleo, invirtiendo en clubes parisinos. Cosas de estos tiempos.

¿Y cómo eran los tiempos a finales de los 60? Pues eran tiempos de revoluciones, de estudiantes en las calles, sueños rotos y una ciudad que no tenía ningún club en Primera. Así que lo crearon. En 1969, la Federación Francesa encargó una encuesta titulada: “Voulez-vous d’un grand club à Paris?” (¿Desea un gran club en París?), cuando vieron que la ciudad se quedaba sin equipo en Primera. 66.000 parisinos votaron afirmativamente. El Ayuntamiento encargó, al empresario Guy Crescent y a los directivos de la Federación Fernand Sastre y Henri Patrelle, una comisión para crear un equipo con capital del ayuntamiento y diversas empresas. Fundado a finales de 1969 como París FC, la entidad nació con la idea de buscar rápidamente la fusión con un club con licencia profesional y evitar así comenzar en categorías inferiores. El elegido fue el Stade Saint-Germain de Saint-Germain-en-Laye, una ciudad de la región parisina. Así nació el París Saint-Germain. Por eso el club se llama “Saint-Germain”. Normalmente se piensa que se debe al famoso barrio parisino. Pues no, se debe a otra ciudad vecina.

El Georges Lefevre es el campo de entrenamiento principal de la academia del PSG, situada en Saint-Germain-en-Laye. Foto: Stefi123 bajo licencia Creative Commons.
El Georges Lefevre es el campo principal de entrenamiento de la academia del PSG, situada en Saint-Germain-en-Laye. Foto: Stefi123 bajo licencia Creative Commons.

Transcurría la temporada 1970-71 y el PSG jugó ese año en Segunda en la ciudad de Saint-Germain-en-Laye. Y consiguió el ascenso a Primera. Pero el ayuntamiento parisino, principal accionista del club, puso como condición que el equipo jugara en el Parque de los Príncipes, recién remodelado. La presión provocó un debate interno que terminó con un divorcio: nació el París FC con plaza en Primera y el PSG volvió de nuevo en Tercera jugando fuera de la capital, aunque en dos años se acabó trasladando a París cuando llegaron nuevos empresarios ambiciosos. En dos años, el nuevo club ya se había convertido en dos. Y gracias a esos empresarios fue el PSG la entidad destinada a ser más grande, pese a que en 1970 no quiso jugar en París. Le duró poco esta idea. Durante los años 70, los dos clubes acabados de crear se enfrentaron en algunos derbis. El París FC no aguantó el ritmo y en 1974 descendió a Segunda. Curiosamente, ese año el PSG ascendió a Primera. En la temporada 1978-79, los dos equipos se encontraron en Primera y en su último duelo, empataron a uno. Entonces no estaba claro qué equipo mandaría en París.

El París FC perdió la lucha por controlar la capital, derrotado por un PSG que era gobernado por el llamado clan de las camisas rosas. Un grupo de empresarios liderado por Daniel Hechter, un modisto de poco más de 30 años, y sus amigos, como el actor Jean-Paul Belmondo. El París FC acabó en Tercera, donde en el año 1983, el empresario Jean-Luc Lagardère fusionó el club con el histórico Racing Club de France. El experimento duró un año y Lagardère fundó el Matra-Racing, equipo que se gastó mucho dinero fichando jugadores como Litssbarski, Olmetá, Madjer o Luis Fernández, hasta desaparecer en 1989. El París FC pasó a ser el tercer equipo de la ciudad, hundiéndose más.

Aunque de forma sorprendente, ha sobrevivido con un pequeño truco de maquillaje: ahora se llama FC Paris, en vez de Paris FC. Después de años perdido en los desiertos amateurs, ascendió a Segunda gracias al empresario Pierre Ferraci, un tipo curioso. Hijo de corsos, nació en una familia comunista. Su padre fue miembro del partido y de la resistencia contra los nazis. Su madre, sindicalista. Ferraci es de los pocos empresarios que milita en un sindicato, y era asesor de políticos de izquierdas, aunque acabó unido a Emmanuel Macron, a quien define como “un hombre de izquierdas que defiende una economía liberal”. Acusado de corrupción y de vender sus ideas por poder, Ferraci tiene al FC París luchando por el ascenso gracias al dinero de Baréin. En 2020, este Emirato compró el 20% del club, además de convertirse en el principal patrocinador. Cuando los jugadores saltaron al campo con una camiseta dónde se podía leer “Bahrain Victorius”, el Ayuntamiento casi rompe los acuerdos con el club recordando que el estado de Baréin comete crímenes contra la humanidad. Ferraci les recordó que también los comete Catar, los propietarios del PSG.

El extécnico de la Real Sociedad Philippe Montanier es el encargado de dirigir el regreso a Primera del Toulouse. Foto: MarcadorInt.
El extécnico de la Real Sociedad Philippe Montanier es el encargado de dirigir el regreso a Primera del Toulouse. Foto: MarcadorInt.

Esta semana el FC Paris visita al líder, un Toulouse que camina con paso firme para volver entre los mejores. Le corresponde, a esta preciosa ciudad, una de las más importantes del sur del país. Cosas de la vida, también el Toulouse nació en la misma época que su rival. Pese a que siempre existieron grandes entidades en Toulouse, especialmente su club de rugby, el actual equipo de fútbol no nació hasta 1970, pues el anterior se fusionó en un momento de falta de dinero con el Red Star, un equipo nacido en París del que ya explicamos su historia. En 1970, con la ciudad sin equipo, Lilian Buzzichelli juntó a diferentes empresarios de la zona para poder crear una nueva entidad. El primer ascenso llegó en 1982, con el mítico Jacques Santini en el banquillo. En 1985, el Toulouse llegó a finalizar tercero, debutando en la Copa de la UEFA. La buena época acabó en 2001, cuando la mala gestión envió al club hasta la Tercera División. En dos años estaba de vuelta a Primera. E incluso debutaría en la previa de Champions en 2007, perdiendo contra el Liverpool.

En la actualidad, el Toulouse camina con paso firme hacía el retorno a Primera gracias a su nuevo propietario: Gerald Cardinale y su grupo RedBird. Nacido en Filadelfia, Cardinale era un buen deportista en remo. Y un buen estudiante. Por eso, además, pudo estudiar en el Reino Unido, concretamente en Oxford. De vuelta a Estados Unidos, creó un pequeño imperio con muchas incursiones en el deporte, formando parte del consejo directivo de los Yankees de beisbol, de una empresa que controla derechos de televisión y coquetea con la posibilidad de comprar el Liverpool. De momento, su primera incursión en el viejo continente ha sido con el Toulouse, que lidera de forma cómoda la tabla y si derrota a los parisinos, los puede dejar fuera de la zona de ascenso directo. Dos proyectos nacidos en los años 70, uno con capital yankee y el otro con dinero de Baréin. Ya ni nos sorprende.

 

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Foto de portada: Dani Fernández – Marcador Int.