Partido Polish Boyfriend: Bremen-Hamburgo, el primer derbi del norte de Alemania jugado en Segunda


Esta es la historia de dos ciudades tristes. Dos urbes orgullosas de su pasado y su identidad. Dos ciudades que crearon su propio camino y usaron el fútbol en este proceso. Aunque ahora, por primera vez en su historia, jugarán su derbi en Segunda División: Bremen y Hamburgo. El norddderbi, el derbi del norte de Alemania, siempre se había jugado en la Bundesliga. Hasta esta temporada.

El Hamburgo, conocido como HSV por sus siglas, siempre fue uno de los grandes del fútbol alemán. Durante décadas era el gran rival del Bayern en un duelo que enfrentaba el norte y el sur del país. Campeón de liga en seis ocasiones, en 1983 llegó a ser campeón de Europa con Ernst Happel en el banquillo en una época en que fichaba estrellas internacionales como Kevin Keegan, mientras que su estandarte era el eterno Felix Magath. Suyo fue el gol en la final de Atenas contra la Juve, en una edición del torneo donde por el camino rompieron el corazón de la Real Sociedad en las semifinales.

Die Sankt-Pauli-Landungsbrücken, el puerto de Hamburgo. Foto: bajo licencia Creative Commons
Die Sankt-Pauli-Landungsbrücken, el puerto de Hamburgo. Foto: bajo licencia Creative Commons

Fundado en 1919 después de la fusión de tres clubes locales, uno de ellos con raíces en 1887, el Hamburgo nació para ser un gigante. Para ser el estandarte de una urbe orgullosa. Hamburgo y Bremen son las dos “ciudades libres hanseaticas” de Alemania. O sea, dos ciudades que tienen un estatuto legal diferente, actuando como si fueran regiones autónomas, con sus instituciones. Un recuerdo de los siglos en que, efectivamente, Bremen y Hamburgo no dependían de nadie. Eran ciudades independientes; sin monarca, sin señor.

Las dos ciudades fueron fundadas por Carlomagno por allá el siglo VIII. Las dos comparten un punto en común: ciudades de interior aunque situadas al lado de un río con salida natural al mar. Es decir, alejadas de la costa aunque con un río navegable, un sitio ideal para evitar ataques de piratas o vikingos. Bremen y Hamburgo crecieron así, como centros claves para la expansión del cristianismo hacía el norte, pasando a formar parte con el paso de los siglos de la famosa Liga Hanseática, una agrupación de ciudades del norte de Europa que se asociaron entre ellas para comerciar. Fue una revolución, pues tiraron del carro los gremios de trabajadores y comerciantes. Un momento clave en la economía europea, con el nacimiento de una burguesía que no esperaba a tener permiso de un Monarca. La Liga Hanseática nació oficialmente en 1267, cuando los mercaderes de esas ciudades del norte de Alemania, Países Bajos y Polonia comenzaron a fundar gremios con la intención de comerciar con poblaciones del norte, como Escandinavia o Rusia. Bremen y Hamburgo formarían parte de esta liga Hanseática, aunque en ocasiones se peleaban y eran expulsadas. Sea como fuere, el carácter independiente de su gente nace aquí, en esos siglos en que el comercio floreció. Y en el que los comerciantes y miembros de los gremios locales dictaban las leyes municipales. Bremen y Hamburgo consiguieron ser ciudades libres hasta la creación del Imperio Alemán, cuando se integraron voluntariamente a condición de mantener esta condición de “ciudad libre Hanseática” asociada. Con pequeñas modificaciones, la situación sigue siendo la misma. Si Alemania esta organizada en grandes regiones, estas dos ciudades son dos entes autónomos.

El Ayuntamiento de Hamburgo. Foto: Daniel Schwen bajo licencia Creative Commons 2.5
El Ayuntamiento de Hamburgo. Foto: Daniel Schwen bajo licencia Creative Commons 2.5.

Su historia es tan larga como apasionante. Lean sobre ella, no duden. Con sus puertos fluviales con salida al mar, las dos ciudades se convirtieron en el puerto de salida de millones de personas que buscaban una nueva vida en Estados Unidos o Argentina. Millones de alemanes, judíos, rusos, polacos o checos que escapaban de la pobreza cruzaban Alemania hasta estas dos ciudades para subir a unas naves. El comerció siempre floreció y con ello, las artes, la cultura. Bremen es la ciudad del cuento de los músicos de Bremen y se vanagloria de su cultura tradicional, de sus negocios de instrumentos. Hamburgo se convirtió en los años 50 en la cuna del rock y las modas alternativas de Alemania, como el movimiento okupa, especialmente en el barrio de Sankt Pauli, donde juega un equipo de fútbol con tanta personalidad que planta cara al gigante. Mucho se ha escrito del derbi de Hamburgo.

Para el Hamburgo, conocido popularmente como el “Dinosaurio”, pues era uno de los clubes más grandes, viejos y con tradición de Alemania, todo empezó a ir mal hace unos 10 años, cuando se gestionó mal el legado de un estadio renovado para ser sede del Mundial del 2006. Los “die Rothosen” (los Pantalones Rojos) eran el único club que había jugado siempre en Primera, pues el primer año de la Bundesliga el Bayern había subido. Aunque empezó a coquetear con el descenso. La entidad había gastado mucho dinero para llegar a la Champions (lo consiguió solo en dos ocasiones, en la temporada 2000/01 cuando empató 4-4 contra la Juve con un partidazo de Anthony Yeboah, ganando 1-3 en Turín, y en la 2005/06). Tampoco llegó a la final de la UEFA, pese a dos semifinales. Sin dinero, el club perdió el rumbo y media Alemania empezó a bromear, pues orgullosos de sí mismos los hinchas del Hamburgo tenían en un estadio un reloj contando los años, meses, días y horas sin bajar a Segunda. Finalmente, en 2018 el reloj se paró. Llegó el descenso y los radicales del club provocaron incidentes. Lo que nadie podía esperar es que el periplo por Segunda duraría tanto. Pese a rozar el ascenso cada temporada, el Hamburgo no ha vuelto a la Bundesliga y ya encadena cuatro dolorosas temporadas donde además ha jugado el derbi de la ciudad contra el St.Pauli, un club gestionado por los hinchas convertido en fenómeno global por sus ideas políticas, contrarias al racismo, la homofobia o el machismo. Pues bien, en estas cuatro temporadas, el Hamburgo ha ganado una sola vez el derbi. Y sus vecinos se han impuesto en cuatro ocasiones, la última hace pocas semanas, por 3-2.

Bremer Marktplatz von Oben, en Bremen. Foto: Schulzff bajo licencia Creative Commons 3.0.
Bremer Marktplatz von Oben, en Bremen. Foto: Schulzff bajo licencia Creative Commons 3.0.

Si históricamente el Hamburgo jugaba por ser el mejor equipo de Alemania contra el Bayern, ahora ni gana los derbis de su ciudad. Aunque recupera el derbi del norte. No por sus éxitos, claro. Lo recupera por el fracaso del Werder Bremen. Si el Hamburgo no había bajado nunca, el Werder Bremen sumaba solamente un descenso a Segunda, en 1980. Eran dos clubes clásicos que peleaban por títulos. Y ahora se encuentran por primera vez en Segunda, lejos de los éxitos de ese mayo de 2009, cuando jugaron 4 derbis en 20 días. Una semifinal de Copa, ganada por el Werder Bremen; una semifinal de la UEFA, ganada también por el club de Bremen; y un partido de liga. Campeón de liga en cuatro ocasiones, de copa en seis y con una Recopa en su palmarés, el Werder Bremen dejará de ser el club con más temporadas en Primera en breve, récord que compartía con el Bayern. Su segundo descenso dejó tocada a la hinchada de un club orgulloso que domina el récord de enfrentamientos con su vecino, el Hamburgo, pese a que el dinosaurio tiene más títulos y más hinchas.

Sábado 18 de septiembre, 20:30h, Werder Bremen-Hamburgo

Se trata de una rivalidad clásica. De esas cuando el fútbol se convirtiere en heredero de una rivalidad entre ciudades que competían por controlar rutas comerciales. Cuando formaban parte de la Liga Hanseática, Bremen y Hamburgo remaban juntas, aunque era normal que una de las dos fuera expulsada o saliera de la liga para acabar volviendo por romper acuerdos. Los comerciantes, ya se sabe, siempre tienen la tentación de llevarse al bolsillo más de los pactado y las guerras internas fueron normales. Y con ello nació una rivalidad entre estas dos ciudades situadas al norte de la región de Sajonia, donde en algunas partes los hinchas del Werder y el HSV viven en las mismas calles. El trayecto entre las dos ciudades, de una hora en tren de alta velocidad, se realiza entre campos verdes. Y balcones con las banderas mezcladas de dos equipos que vieron cómo en 1982 un hincha del Werder era asesinado por radicales del Hamburgo, en la considerada primera muerte relacionada con los grupos ultras del fútbol alemán. Esa muerte marcaría un antes y un después, pues de una rivalidad pacífica se pasarían a años de duelos con millares de miembros de las fuerzas del órden.

Jugado en la Liga, la Copa y la UEFA, el derbi debuta ahora en Segunda. Un año duro para el fútbol del norte de Alemania, pues ni un solo club del norte juega en la Bundesliga. En segunda, el Werder ha reaccionado después de un mal inicio y ocupa la tercera posición, mientras que el Hamburgo ocupa la novena posición por detrás del St. Pauli.  En segunda también lo hacen el Holstein Kiel y el Hansa Rostock. Los dos, de ciudades que fueron parte de la liga Hanseática. De aquí el nombre del Hansa, claro. Aunque esa, ya es otra historia.

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Foto de portada: Kim Holger Kelting bajo licencia Creative Commons 4.0 International.