Partido Polish Boyfriend: Córcega recupera su gran derbi


A la liga francesa le falta algo, si no tiene un club corso en la Ligue 1. Durante muchos años la Federación francesa prohibía a los clubs de la isla de Córcega jugar en categorias profesionales, pues se consideraba que ir hasta la isla era logísitcamente complicado. Cosas del centralismo. No fue hasta los años 60 que por fin se modificó esta normal poco democrática y los equipos de la preciosa e indómita isla de Corcega pudieron ascender hasta Primera. Todo había empezado cuando en 1958 al Bastia le negaron otra vez ser profesional. Y el presidente, Victor Lorenzi armó un plan con abogados para poder modificar la legislación. Lorenzi, presidente del club del 1933 al 1973, se salió con la suya. El Bastia ascendió a Segunda en 1965. Con el apoyo de empresarios locales y el dinero de un turismo cada vez más fuerte, el club ascendió a Primera en tres años, acompañado del Ajaccio, y perdió una final de Copa. Se cuenta que el presidente de la República Georges Pompidou le dijo al capitán del Marsella, el equipo vencedor: “Me alegra que la copa se quede en suelo francés”.

El Sporting Club de Bastia siempre fue el mejor embajador de Córcega. En 1977 sería tercero en la Ligue 1, en 1981 campeón de copa y en 1978, finalista de la Copa de la UEFA. Estas últimas temporadas, no tenemos corsos en Primera, aunque recuperamos el gran derbi, el Bastia-Ajaccio, en segunda. Algo es algo. A los hinchas del Bastia siempre les ha parecido que el Ajaccio ha vivido a su sombra, sin mojarse nunca. Cuando el Bastia luchó por modificar la legislación en los años 50 y 60, el Ajaccio esperó. Y luego ascendió con ellos. Cuando la Federación prohibició símbolos nacionalistas corsos en la camiseta, el Ajaccio se solidarizó, aunque sin mojarse la ropa. Cosas de un isla siempre compleja, marcada durante décadas por la violencia de carácter político, con grupos armados independentistas muy activos, pugnas políticas para defender la lengua e identidad corsa, grupos criminales operando en la isla y problemas económicos que empujaron a muchos corsos a emigrar. Los éxitos del SC Bastia permitía vivir una fiesta durante esas épocas complejas. Y el famoso cinestas Jacques Tati, el creador de “Día de fiesta” rodó un precioso documental sobre como la ciudad de Bastia vivió llegar a la final de la UEFA, perdida contra el PSV Eindhoven.

Conscientes de la importancia que tenía el club en la identidad de la isla, el Bastia empezó a jugar con el símbolo corso en el pecho, bien grande: la testamora. Una cabeza de color negro que también es la bandera de la isla. Por el Bastia han pasado grandes nombres, como Claude Papi, Johnny Rep, Roger Milla, Michael Essien, Dani Solsona o Sébastien Squillaci. Se ha jugado en Europa y se ha derrotado a los equipos grandes, aunque también se han vivido días oscuros. Muchos partidos del club han finalizado con incidentes, pues la hinchada más radical del club era capaz de silbar el himno francés cuando llegaron a una final de copa en 2002, invadir el campo con una bandera corsa en el campo del Niza, club con el que mantienen una fuerte rivalidad por la militáncia en grupos de extrema derecha nacionalistas de los hinchas del Niza o amenazar con abandonar la liga cuando la Federación sacó una norma que prohibía lucir símbolos grandes en la camiseta que no fueran el escudo o publicidad. O sea, una medida que obligaba al club a modificar su camiseta azul, sacando del centro la bandera corsa que lucieron por primera vez en los 70. La respuesta fue llenar el campo de banderas corsas, ganándose multas. Así es el SC de Bastia, la cara de la isla incluso entre personas que no se consideran nacionalistas corsos, aunque sí se sienten muy orgullosos de ser corsos. En las gradas de Furiani, estadio conocido por el accidente de 1992 cuando una grada se desplomó acabando con la vida de 25 personas durante un partido contra el Marsella, se podían juntar ultras independentistas con políticos de partidos centralistas. Todos unidos por una idea, el orgullo de ser corsos y ser del Bastia.

Aunque en 2017, la aventura acabó. El club pasó en pocos meses de jugar en Primera a militar en una categoría regional por culpa de la mala gestión económica. Con ello también ser perdió el derbi con el Ajaccio, el club de la otra ciudad grande de la isla. En Ajaccio incluso puedes encontrar hinchas del Bastia. En Bastia, no encuentras hinchas del Ajaccio.

El SC Bastia incluyó la bandera en el centro de su camiseta. Foto: Stefano Gnech/Focus Images Ltd
El SC Bastia incluyó la bandera en el centro de su camiseta. Foto: Stefano Gnech/Focus Images Ltd

Durante los primeros del siglo XXI empresarios de dudosa reputación controlaron el club. Y el Bastia sufrió sanciones que incluso provocaron una huelga de hambre del director general del club. Los dirigentes del club gastaron demasiado esos años. Lo que entraba gracias a los derechos de televisión y subvenciones se gastaba rápido. Cuando llegó un descenso a Segunda en 2017, el club no tenía dinero para ser inscrito como entidad profesional en Segunda. Fue un mazazo. Ese 2017, el SC Bastia perdió su estatus de club profesional y empezó de nuevo en la quinta división jugando derbis regionales contra equipos muy pequeños. Unos nuevos empresarios empezaron a levantar lo que quedó de un club histórico, capaz de meter 15.000 espectadores en partidos regionales. Y poco a poco el SC Bastia ha ido recuperando categorías. Ahora ha vuelto a Segunda, después de jugar derbis humillantes contra clubes como el CA Bastia o el FC Bastia -Borgo.

Sábado 25 de septiembre, 15:00, Bastia-AC Ajaccio

En Segunda, se recupera el derbi con el AC Ajaccio. La segunda ciudad de la isla se encuentra en la costa oeste, en la zona conocida como Alta Córcega, más pobre que el norte, donde se encuentra Bastia. Dentro de la isla existen sus rivalides, claro. El Ajaccio, fundado en 1910, consiguió llegar a Primera un año antes que el Bastia en los 60, aunque ha jugado solamente 10 temporadas entre los mejores. Tiene menos éxitos y menos socios que su vecino del norte, aunque los derbis suelen ser igualados. «I Bianch’è Rossi» como son conocidos en corso, han visto jugar futbolistas como Marius Tresor, aunque los últimos años andan perdidos en Segunda, pensando más en no bajar que en ascender. El Bastia y el Ajaccio comparten sensaciones. Los últimos 15 años han visto como llegan a perder los derbis de su ciudad contra clubes menores, como el CA Bastia (refundado ahora como Bastia-Borgo) o el Gazelec Ajaccio, club que llegó a Primera en 2015 de forma sorprendente revolucionando el órden establecido de las cosas en la isla. Fundado en 1960 sobre la base de anteriores clubes de Ajaccio, el FC Ajaccio y el Gazélec, club vinculado a la empresa local de gas y electricidad (Gaz = Gas & Elec = electricidad), el Gazélec llegó a negociar la fusión con el AC Ajaccio, sin suerte. Luego subió a Primera, le quitó la condición de primer equipo de la ciudad a sus vecinos y finalmente, acabó perdido en la quinta división. Allí andan. En espera de ver si recuperamos un club corso en la Ligue 1 pronto, vuelve el derbi entre los dos equipos grandes de las dos ciudades importantes, después de años extraños en que se han vivivo bancarrotas y revoluciones con equipos menores. En Córcega, el fútbol siempre ha sido complicado.

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Foto de portada: Stefano Gnech/Focus Images Ltd.