Partido Polish Boyfriend: Coroneles, escudos y huevos kinder en un curioso derbi de Bucarest


Imad Kassas y Gigi Becali habían sido socios en algunos negocios. Becali, uno de los tipos más famosos de Rumanía, era el propietario del Steaua. Además de una carrera política en la extrema derecha, con discursos homófobos y racistas, Becali aparecía cada día en la televisión. Ya fuera por ser investigado por fraude fiscal, por aparecer por la calle vestido de pastor con una cabra o por agredir a un periodista. En el año 2017, Becali intento comprar el club de fútbol que presidía su amigo Kassas. Éste dijo que no. Becali no se lo tomó bien y separaron sus caminos.

El fútbol rumano es complejo de seguir. Este fin de semana, el Steaua se enfrenta al Metaloglobus, el club de Kassas, en un extraño derbi de Bucarest en la Segunda División. El Steaua quiere ascender a Primera, donde se enfrentaría al club propiedad de Becali. El club que antes era el… Steaua.

¿Y el Metaloglobus? Se trata de un modesto club fundado en los años 50 dentro de una fábrica creada en 1923 por el austríaco Manfréd Weiss, que producía objetos de metal como balas, linternas o cantimploras. La empresa pasó a ser controlada por el estado comunista a finales de los años 40, modificando su línea de trabajo: se centró en los juguetes. Fue entonces, en 1956, cuando dentro de la fábrica se fundó el club de fútbol, que solía jugar en ligas regionales. Durante los años 70, en la Rumanía comunista, la mayor parte de juguetes eran producidos por esta fábrica. Con la caída del comunismo, en esa Navidad de 1989, cuando Ceaucescu y su esposa fueron fusilados, la empresa empezó a vivir momentos complicados. Rumanía se llenó de juguetes extranjeros de superior calidad. Diferentes empresarios compraron y vendieron la fábrica, y con ella el equipo. Hasta el año 2000, Metaloglobus se encargaba de fabricar los juguetes de plástico que salen de los huevos Kinder, aunque una vez perdió este contrato, fueron despedidos casi todos los trabajadores. Entonces fue comprada por el sirio Imad Kassas, un chico que llegó en los años 70 a Rumanía para estudiar medicina y se casó con una rumana. Nunca volvió. Kassas fue listo, en los años 90, comprando empresas a buen precio y creando un pequeño imperio. Después de aguantar viva la fábrica Metaloglobus, en 2019 decidió que levantaría pisos de lujo en el solar de la fábrica.

La hinchada del Steaua, dividida, aún sin decidir a qué club apoyar. Foto: Victor Cervantes
La hinchada del Steaua, dividida, aún sin decidir a qué club apoyar. Foto: Victor Cervantes

Comprando y vendiendo, Kassas conoció a Becali. Entonces, Becali era el rey del fútbol rumano, controlando el equipo más laureado y amado: el Steaua. Charlando de fútbol con Becali, recordó que, comprando la fábrica, se había convertido en propietario de un club de fútbol modesto. Y apostó por él. En 2009, el Metaloglobus ascendió a Cuarta. En 2011, a Tercera. Y finalmente, en 2017, ascendió a Segunda, donde se ha mantenido hasta ahora jugando sin apenas hinchas en las gradas. Y fue aquí, en 2018, cuando Becali intentó comprar su club. Asediado por casos judiciales, tenía miedo de perder el control en los juzgados de su club de Primera, así que buscó otras salidas. Sí, Becali mantenía entonces una guerra con todo el mundo. Hasta el punto de que dejó de ser el presidente del Steaua, sin dejar de ser propietario de su club. Un caso complejo.

Todo empezó el 3 de diciembre del 2015, cuando el Steaua, el club más laureado del país, perdió los derechos de marca sobre su nombre. O sea, el Steaua perdió el derecho de ser llamado Steaua y se convirtió en el ‘FCSB’, una forma de dejar claro que ellos se sienten el viejo Futbol Club Steaua de Bucarest. Cuando perdieron el derecho de usar el nombre en el juzgado, al club no le dio tiempo de crear unas nuevas camisetas y salió a jugar con unas compradas sin escudo ni marca. Fue humillante. El Steaua había nacido como el club polideportivo del ejército, controlado por el Ministerio de Defensa, en tiempos del comunismo durante los años 40. Aunque en 1998, para competir mejor en el nuevo fútbol profesional rumano, la sección de fútbol se separó del resto de la entidad legalmente. Mantuvo una relación cordial con el club hasta que llegó Gigi Becali. Este particular empresario compró el Steaua de fútbol y, poco a poco, empezó a ganar títulos y enemigos. Acusado de corrupción, ha pasado por la cárcel y se ha peleado con todos, incluido el Ministerio de Defensa. Y los enemigos, claro, buscaron la forma de atacar. Y la encontraron.

Cuando Becali compró el Steaua, no compró el derecho de usar el nombre Steaua. Una formalidad legal. Nadie pensó en ella. Así, una denuncia trasladada a la justicia rumana en 2011 por el Clubul Sportiv Armatei Steaua Bucuresti (Club Deportivo del Ejército), reclamaba la patente y derechos de explotación del nombre de “Steaua”. Este era el club polideportivo, propiedad del ejército, fundado en los 40 al cual había pertenecido tantos años el Steaua. Como cuando ganó la Copa de Europa. Esta sociedad seguía siendo propietaria de los derechos sobre el escudo y el nombre. Becali logró que la justicia le diese la razón en primera instancia, pero el Tribunal Superior de Justicia de Rumanía aceptó la apelación del otro Steaua. Al dar la razón el Tribunal Superior de Justicia de Rumanía al CSA, el Steaua perdió el derecho de lucir su escudo sobre la camiseta y usar el nombre de Steaua. En Rumanía muchos creen que, detrás de este caso, se encuentran motivos políticos. Ya que el histórico presidente del club, Gigi Becali, llegó a sentarse en el Parlamento Europeo entre 2009 y 2012.

¿Steaua Bucarest o FCSB Foto: foxbasegamma.
¿Steaua Bucarest o FCSB? Foto: foxbasegamma.

Sea como sea, el club de Becali dejó de ser el Steaua y pasó a ser el FCSB. Así ha ganado títulos y ha competido en Europa. Aunque la hinchada se ha dividido entre los que creen que este FCSB sigue siendo el Steaua de siempre y los que creen que no, que el Steaua de siempre sería otro club. ¿De qué club se trata? En 2015, el ejército recuperó la sección de fútbol dentro de la sociedad polideportiva Steaua. Con un coronel de presidente y muchos hinchas en la grada, empezó en la sexta división y no ha dejado de ascender. Ahora ya juega en Segunda. Y ojo, anda en la parte alta, con opciones de jugar el play-off de ascenso.

Este fin de semana, el club renacido por culpa de Becali se enfrenta al club que pudo ser comprado por Becali. Un derbi de Bucarest desequilibrado. El Metaloglobus apenas tiene hinchas. El Steaua, muchos. Aunque la gran pregunta sería: ¿Qué puede suceder si el Steaua asciende y llega el temido derbi FBSB-Steaua? Algunos hinchas asisten a los partidos de los dos equipos, aún sin decidir a quién amar. Otros han tomado partido de forma radical por el nuevo Steaua. Un auténtico embrollo.

 

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Foto de portada: Ramona Raican