Partido Polish Boyfriend: El Alcalde que quiere unir los tres clubes de una ciudad dividida


Esta es la historia de Achilles Beos. Un tipo que nos sirve para contar las miserias del fútbol griego, siempre dañado por empresarios desalmados que usan el deporte para reforzar su posición. En pocos sitios se vive el deporte como en Grecia, donde las bengalas salen de las gradas para acabar en el agua en partidos de waterpolo y los ancianos te recitan de memoria el cinco inicial de equipos de baloncesto de los años 60. Los griegos se mueven entre el amor por sus clubes y el cinismo, cansados de ver como en ocasiones se juega más en los despachos que en los terrenos de juego. Aunque, de alguna forma, eso les gusta. A los griegos les gusta debatir sobre el poder, la corrupción y los poderes ocultos. Este próximo día 5 se juega el derbi de Volos, una ciudad dividida. En parte, por culpa de Beos.

Achilles Beos nació en Volos, en una casa con raíces en Esmirna, la ciudad ahora turca donde vivían millares de griegos hace 100 años hasta que fueron expulsados en los años 20. Beos vivió sus primeros años en esta localidad antes de marchar a Nueva Esmirna, la ciudad al sur de Atenas fundada para dar una nueva casa precisamente a los refugiados de la guerra greco-turca. Millares de griegos que habían vivido siglos y siglos en la casa turca fueron expulsados, acabando en barrios de nueva construcción horribles al sur de Atenas o en las afueras de Volos. Los Beos se dividieron. Unos en la capital, otros en Volos. Así que Achilles nació en Volos, aunque sus años mozos los vivió en Atenas. Hijo de un carpintero comunista, tenía otras ideas y ahorró para ir a Estados Unidos, donde terminó trabajando de guardia de seguridad en discotecas. Cuando regresó con dinero ahorrado a Grecia, se convirtió en representante de cantantes. Le gustaba la noche, la fama, el alcohol y la sensación de tener poder.

En 1998, Beos adquirió la mayor parte de las acciones del Panionios, club fundado en Esmirna que los refugiados habían traslado al sur de Atenas en 1923, y puso como presidente a uno de sus cantantes, el popular Lefteris Pantazis, quien compuso un nuevo himno para el club. El club llegó a jugar la UEFA, aunque la gestión de Beos provocó muchas deudas y peleas con los hinchas. Incluso se investigó si Beos había pagado dinero al Dinamo de Tbilisi para poder ganar un duelo europeo. Al final, en 2007 se marchó y volvió a su ciudad natal, Volos, donde intentó comprar el Niki Volos. Tenía sentido. El Niki Volos y el Panionios eran clubes de los refugiados de Esmirna y sus descendientes, como los Beos. Aunque en el Niki Volos habían visto la forma de trabajar de Beos en el Panionios y no aceptaron la oferta. Herido, Beos compró el Olympiakos de Volos. O sea, el rival del Niki Volos.

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Imagen del autobús del Panionios. Foto: Florian K bajo licencia Creative Commons 3.0.

Volos es una de las principales ciudades griegas, un puerto de mar a mitad de camino de Atenas y Salónica donde casi ningún turista para. Y eso que tiene sus ruinas, cómo no, que recuerdan los años en que fue sede de un reino importante. La ciudad creció mucho en el siglo XX, especialmente cuando empezaron a llegar refugiados griegos que escapaban de la guerra greco-turca. Ahora tiene 150.000 habitantes. Su club más tradicional es el Niki (victoria en griego) Volos, fundado en un campo de refugiados en 1924. Millares de griegos de la zona de Esmirna habían acabado en Volos donde los responsables de la Cruz Roja, de Estados Unidos, les propusieron crear un club deportivo para que los chicos pudieran tener una distracción. Como escudo eligieron la Victoria de Samotracia, la famosa estatua del siglo XX antes de Cristo encontrada en la isla de Samotracia, una isla griega delante las costas turcas. Eligieron esta imagen y este nombre porque en su momento también fue el escudo del Panionios. Y el Panionios, como decíamos, se fundó en la ciudad de Esmirna, hoy llamada Izmir. O sea, los fundadores del Niki Volos eran hinchas del Panionios y se inspiraron en este club para iniciar su aventura, que los llevó a jugar en Primera en los años 60 y en la temporada 2014/15, cuando volvieron por una sola temporada antes de sufrir una bancarrota que acabó con el equipo en Tercera.

El año del ascenso a Primera, en la temporada 2013/14, la segunda división se dividía en dos grupos. Y cosas de los griegos, en el grupo norte jugaba el Niki Volos, y en el grupo sur: el Olympiakos de Volos. O sea, los dos clubes de la misma ciudad no podían competir en el mismo grupo, afrontando viajes más largos… sin poder jugar en el barrio de su vecino. Igualmente, el formato unió los seis mejores equipos en un play-off final en el que el Niki Volos ascendió, derrotando a un Olympiakos de Volos que se quedó sin ascenso. La hinchada del Niki Volos, cómo no, se mofó de Beos en las celebraciones. Entonces la sensación eran que el Olympiakos acabaría mal, con ese presidente. Así fue. Dos años más tarde, en 2016, el Olympiakos, sin dinero, se retiró de la liga y volvió a empezar en Tercera.

Imagen de un partido entre el Niki Volos y el Iraklis. Foto: Tsints bajo licencia Creative Commons.
Imagen de un partido entre el Niki Volos y el Iraklis. Foto: Tsints bajo licencia Creative Commons.

Fundado en los años 30 por hinchas del Olympiakos del Pireo de Volos, el club ascendió por primera vez a Primera en los años 60 y volvió a la élite en los años 90, cuando el club gastó demasiado. Por ese motivó acabó sufriendo una bancarrota en el año 2004. Y en 2008, llegó Achilles Beos. Con su gestión agresiva, el Olympiakos llegó a Primera y en la temporada 2010-11 terminó quinto y se clasificó por primera vez para la Europa League. El club fichaba jugadores de cierto nivel y la afición se ilusionó. Hasta que estalló el escándalo Koriopolis. En 2011, la UEFA publicó un informe que alertaba de al menos 40 partidos amañados en Grecia durante la temporada 2009-10. Y tres clubes destacaban en la lista: el campeón, el Olympiakos del Pireo, propiedad de Vangelis Marinakis, el Kavala y el Olympiakos de Volos de Beos. El abogado Alexis Kougias, un expresidente del AEK de Atenas que entonces presidía el Panachaiki de Tercera, añadió más madera al fuego cuando anunció que poseía documentos y grabaciones de audio que demostraban cómo Beos tenía una buena relación con Marinakis. Y juntos decidían presionar colegiados, ofrecer primas o intentar mover hilos ofreciendo contratos a presidentes de otros clubes a cambio de amañar partidos. Las pruebas eran especialmente claras en el caso de Beos, quien aparecía afirmando que podía cambiar los árbitros de los partidos de su equipo, ofrecer 200.000 euros a colegiados a cambio de favores, o recibía llamadas de Marinakis pidiendo que lo ayudara para contactar con árbitros de los partidos europeos del Olympiakos del Pireo.

El resultado fue que el Olympiakos de Volos acabó expulsado de la Europa League y enviado a Segunda junto al Kavala. El club presentó un recurso y lo ganó, aunque fue sancionado con 10 puntos. La Federación presentó un nuevo recurso y, finalmente, a 7 días del inicio de la temporada 2011-12 el club fue enviado a la Segunda División. Justo en esos años, Beos había fundado un partido político independiente con el que fue elegido alcalde de Volos, imitando la táctica de Marinakis, quien también llegó a controlar la alcaldía del Pireo con un partido creado a su gusto, con un vicepresidente como alcalde. Cuando el proceso se inició, igualmente, la suerte de Beos se acabó. Marinakis se pudo librar por falta de evidencias, Beos no. Fue condenado, dejó de ser alcalde y acabó en la cárcel. Y con una sanción que le impide tener negocios en el deporte. En ese proceso también fueron condenados los presidentes del Asteras Tripolis, el Levadiakos y el Kavala.

Beos dejó de ser presidente y propietario del club el mismo verano del 2011, cuando después de ser sancionado la Federación promovió que el club fuera comprado por el empresario Panagiotis Botsivalis, sin dejar dinero en los bolsillos de un Beos que también fue condenado por amenazas físicas y apuestas ilegales. Aunque Beos no dejó de dar guerra. Esos años, justo antes de ser condenado, usó su posición como alcalde de la ciudad para promocionar en ruedas de prensa una campaña para fusionar al Niki y al Olympiakos. Su idea era dar a la ciudad un gran club, unido y capaz de competir contra los gigantes del país. A los hinchas de los equipos ni les gustó la idea de caminar en el mismo lado de sus rivales, ni la idea que fuera Beos el líder del proyecto.

El próximo miércoles 5 de Enero, a las 14h: Niki Volos – Olympiakos Volos (11ª jornada – Segunda División griega)

Así que Beos decidió crear un tercer club. El Volos NFC fue fundado en 2017. Y en dos años, después de comprar una plaza en Tercera, ya ha subido a Primera gracias al dinero del empresario Georgios Spyridopoulos, socio de Beos, que apostó por el entrenador español Juan Ferrando, un trotamundos que ha entrenado en Moldavia o Chipre. Después llegaron otros españoles, como Victor Basadre, Alberto Gallego o Ángel López. Con un estadio en el barrio de Neapolis y pocos hinchas, el Volos NFC suma ya su segunda temporada en Primera, mientras los dos clubes grandes de la ciudad han subido de Tercera a Segunda.

En el año 2020, por cierto, el Volos NFC pasó a ser controlado oficialmente por Beos, después de ganar un pleito que le permite volver al fútbol griego. Ya en la calle, Beos ha recuperado la alcaldia y preside el club mientras insiste en su gran proyecto: quiere unir los tres clubes de la ciudad para dar a Volos un solo equipo. Los hinchas siguen en contra. Y esta semana se juega el derbi de la ciudad, el día 5, con el Olympiakos en zona de descenso a Tercera y el Niki en la mitad de la tabla. La ciudad sigue dividida, entre esos que aman y esos que odian a Beos.

 

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Foto de portada: Nikolaos Vergos bajo licencia Creative Commons 3.0.