Partido Polish Boyfriend: El campeón de liga que puede descender a Segunda


¿Se puede pasar en un año de ganar la liga a perder la categoría? Le sucedió al Núremberg en 1969 y al Milan en 1980, por ejemplo. Y ahora le puede suceder al Basaksehir. Solamente un año después de ganar la liga turca por primera vez, se encuentra a las puertas de la zona de descenso justo antes de un derbi contra el Fenerbahçe, que necesita los tres puntos para intentar atrapar al líder, el Besiktas. Las aguas, por tanto, han vuelto a su cauce con los equipos históricos de Estambul peleando por la liga. Tres grandes que han visto los últimos años como el Basaksehir se les subía a las barbas.

Mucho han cambiado las cosas en los últimos meses dentro de este club, que jugaba partidos de Champions hace seis meses, como el famoso duelo en el campo del PSG parado por un caso de racismo del cuarto árbitro. Ahora el Basaksehir está fuera de la zona de descenso solamente por la diferencia de goles. Una zona de descenso que arde, con muchos equipos implicados. Esta es la nueva realidad para el Istanbul BB, el Basaksehir. El club que nació en 1990 con el nombre de SKI SK. Entonces era el equipo de la compañía de aguas del Ayuntamiento, jugaba en un estadio con capacidad para 500 personas y estaba pensado para dar un espacio deportivo a los trabajadores de la empresa. O sea, un club municipal destinado al recreo de sus trabajadores. Aunque, poco a poco, consiguió algunos ascensos y el Ayuntamiento lo potenció porque entendió que podía ser un proyecto ambicioso. Entonces el alcalde era un tal Erdogan… el actual Primer ministro turco. Finalmente, en 2007 el equipo ascendió a Primera y pasó a jugar en el estadio Olímpico Ataturk, el estadio más grande de Turquía, sede de una final de la Champions y recinto sin equipo anfitrión. Allí se trasladó el club, llamado entonces Büyükşehir, con apenas 1.000 hinchas de media en las gradas en un estadio con capacidad para 70.000 aficionados.

El veterano Fatih Terim es el actual entrenador del Galatasaray. Foto: Sam Wordley/Focus Images Ltd
El veterano Fatih Terim es el actual entrenador del Galatasaray. Foto: Sam Wordley/Focus Images Ltd

Pero después de algunos años, el Ayuntamiento enroló algunos empresarios próximos a Erdogan para modificar la imagen del club, que se pasó a llamar Başakşehir, el nombre del barrio donde encontramos el estadio Olímpico Ataturk, barrios creados por el Ayuntamiento en los años 60 y 70 para dar vivienda a los ciudadanos que llegaban de Anatolia buscando trabajo. Estas zonas pobres están siendo potenciadas por el Ayuntamiento y por eso el club asumió el nombre del barrio, mudándose a un nuevo estadio, más pequeño y moderno. El estadio Fatih Terim, con capacidad para 17.800 espectadores y propiedad del Ayuntamiento. Estadio que fue bautizado con el nombre del considerado mejor entrenador turco de todos los tiempos, Terim, quien llegó a dirigir partidos en este campo como entrenador visitante con su Galatasaray. El partido inaugural, por cierto, enfrentó a una selección de viejas glorias con un equipo de famosos entrenados por el mismo Fatih Terim. En el estadio bautizado con su nombre, Terim dirigió a actores, periodistas y el mismo primer ministro turco, Erdogan, quien marcó tres goles. El club no se entiende sin Erdogan. Cuando, en 2013, un grupo de jóvenes protestó contra las obras previstas en el parque Gazi, donde se quería eliminar un bosque para levantar un centro comercial, Erdogan no podía esperar la reacción de la población. Los 50 ecologistas fueron apaleados por la policía. Y la reacción contra la brutalidad sacó a la calle a miles de personas. Durante días, la violencia se extendió por las calles de Estambul. Ya no se trataba del Parque Gazi, se trataba de la libertad de expresión, pues Erdogan amenazó con cortar el acceso a las redes sociales y modificó leyes para tipificar como terrorismo el enfrentarse con la policía en una manifestación. Los hinchas radicales del Besiktas, el Fenerbahçe y el Galatasaray se unieron por una vez contra Erdogan. Y este no olvidó. El impulso al Basaksehir es posterior. Como si fuera una forma de recordar a todo el mundo quién manda. Erdogan y sus amigos no pararon hasta que su club ganó la liga.

Domingo 18 de abril, 18:00, Basaksehir-Fenerbahçe

Aunque esta año, entre una plantilla cansada, algunas estrellas que cobran mucho y no funcionan, o quizás que Erdogan ya tiene otras cosas en la cabeza, el Basaksehir se ha hundido. Si pierde contra el Fenerbahçe, seguramente entrará en zona de descenso. Y eso gustaría a la hinchada del Fenerbahçe, segundo en la tabla por detrás del Besiktas. A diferencia del Galatasaray, un club popular con hinchas nacidos por todo el país, el Fenerbahçe siempre se ha considerado a sí mismo el club de la gente de Estambul de toda la vida. Y sería el club más relacionado con el Kemalismo, el movimiento político laico que dio forma al actual estado turco. Kemal Ataturk, se cuenta, era hincha del Fenerbahçe. El club presume de ello en su web y para celebrar el aniversario de su nacimiento llegó a hacer un mosaico sobre el césped de su estadio con más de 60.000 cartulinas. Los hinchas del club en ocasiones se refieren a sí mismos como “la República de Fenerbahçe”. Como sucede con el Besiktas, famoso por su hinchada de izquierdas, el Fenerbahçe tiene una afición hostil a Erdogan, pues le discuten el modelo de país. Erdogan es islamista, mientras que Atatürk era laico. Uno miraba hacía Europa; Erdogan sueña con revivir el Imperio Otomano. El kemalismo, laico, siempre ha sido fuerte en los barrios donde se ama al Fenerbahçe, de clase media o alta. Por eso Erdogan ha sido abucheado en ocasiones en este estadio.

Bruno Alvares, Kuyt y Meireles formaban parte del Fenerbahçe en 2013. Foto: Paul Terry/Focus Images Ltd
Bruno Alvares, Kuyt y Meireles formaban parte del Fenerbahçe en 2013. Foto: Paul Terry/Focus Images Ltd

Los canarios luchan por ganar el título esta temporada. Lo necesitan. En la primera década del siglo XXI ganaron cinco de 10 títulos de liga, mandando por encima de todos. Aunque en 2011 algo sucedió. Ese año, al final de una liga ganada por Fenerbahçe gracias a la mejor diferencia de goles sobre el Trabzonspor, la Policía turca empezó a detener a directivos y jugadores turcos acusados de formar parte de una gran red que amañaba los resultados de muchos partidos. Se investigaron más de 20 encuentros. Ibrahim Akim, jugador del Basaksehir, admitió haber participado en el amaño de su partido de liga contra el Fenerbahçe y la final de copa perdida contra el Besiktas. Una vez fue detenido, afirmó que no era cierto y había sido presionado para dar esa declaración, aunque la tempestad había empezado. El Besiktas llegó a devolver la copa y el Trabzonspor exigió ser proclamado campeón de liga porque el Fenerbahçe aparecía en el caso. El 15 de agosto del 2011, la Federación turca decidió castigar al Fenerbahçe dejándolo sin jugar la Champions.

La situación era compleja, pues el informe de la Federación, filtrado a la prensa, demostró que el Trabzonspor también era un club investigado, aunque las declaraciones iniciales de Akim ponían bajo presión al Fenerbahçe. En mayo de 2012, el comité de disciplina de la Federación Turca impuso sanciones a tres directivos del Fenerbahçe por haber participado en el amaño de partidos, pero no sancionó a la entidad. En la justicia ordinaria, todos los investigados del Fenerbahçe fueron absueltos. Pese a ello, el caso provocó que el club perdiese el rumbo. Solamente han ganado la liga en 2014 y esta temporada incluso no han jugado en Europa, ya que acabaron novenos. Gastando dinero en buenos jugadores como Enner Valencia, el Fenerbahçe, como mínimo, parece destinado a volver a la Champions, mientras intenta evitar llegar a siete años sin ganar la liga, igualando la peor racha de su historia. Para evitarlo deben ganar al campeón. Ese campeón que puede bajar a Segunda.

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Foto de portada: Matt Wilkinson/Focus Images Ltd.