Partido Polish Boyfriend: El gigante condenado a jugar un derbi contra un club nacido rodeado de setos


Nunca es fácil saber que eres hincha de un club gigante con un pasado glorioso y perder un derbi contra un vecino pequeño que pocos años antes ni sabias que existía. El IFK Göteborg, el club escandinavo más exitoso en Europa, no gana la liga desde el año 2007. Una sola liga en 25 años, aunque por lo menos ha ganado cinco copas: la última en 2020. Ganar una copa siempre alegra tus días, aunque los padres de la afición más joven lo miran con cierto escepticismo, pues ellos vieron a su equipo ganar dos copas de la UEFA y llegar a dos semifinales de la Copa de Europa. Otros tiempos, esos maravillosos años 80.

El Göteborg siempre ha sido uno de los dos gigantes del fútbol sueco junto al Malmö. Los dos clubes grandes de las dos urbes más importante del sur del país. Esas que pueden competir con Estocolmo, al ser núcleos bien conectados con Europa. El comercio y la industria floreció en el sur del país en el siglo XIX y durante los primeros años del XX, siendo una tierra bien conectada. Y cuando existía opciones de comerciar, siempre aparecían británicos. Y con ellos: un balón. El Göteborg nació en el Café Olivedal el 1904. Una placa recuerda la fundación, aunque el café cerró y el que existe ahora con el mismo nombre es otro, más hípster. La idea era jugar para pasar un buen rato. Prueba de ello serían las siglas, ese IFK (Idrotts föreningen Kamraterna): Asociación de Deportes los Amigos. Según se cuenta, unos chicos enamorados del nuevo deporte publicaron una carta en el periódico Kamratern (en sueco, el amigo) pidiendo que otros chavales con deseo de jugar, se unieran a ellos. Y de ahí que usaran ese nombre.

En esa época, en Göteborg ya existía un club de nivel: el Örgryte IS, su primer gran rival. Este equipo, protagonista del primer partido de fútbol documentado en tierras suecas, fue un gigante durante muchos años, ganando la última de sus doce ligas en 1985. Actualmente juega en Segunda, sin poder luchar contra su vecino. En 1907, el Göteborg se convirtió en el primer equipo sueco en cuatro años, capaz de derrotar al Örgryte, creando una rivalidad muy fuerte en esa época. Siendo un club amateur, el Göteborg no gozó de un entrenador hasta los años 20, cuando después de un acalorado debate sobre si se debía pagar un sueldo, se fichó al húngaro Sándor Bródy. Fueron años emocionantes, Göteborg era la capital del fútbol sueco. En 1924 nació la liga unificada y los primeros cuatro campeones fueron de la ciudad, con dos ligas del Örgryte y dos del GAIS. Este club, el GAIS, siempre ha sido el gran rival del Göteborg. Nacido también en un café, tiene fama de ser un club amado por la gente trabajadora, mientras el Örgryte sería el equipo de la gente con dinero. Y el Göteborg, por usar el nombre de la ciudad, el más transversal. El GAIS fue fuerte en esos años 20, cuando era capaz de convertir al Göteborg en el tercer equipo de la ciudad. El IFK incluso llegó a bajar a Segunda en 1938, cuando ya había ganado sus primeras ligas. En esa época, Göteborg tenía tres equipos de primer nivel de donde salían jugadores como el eterno Gunnar Gren, quien en los años 50 brilló en el Milan. Suecia estaba loca por el fútbol, siendo sede del Mundial de 1958 y con 58.000 personas viendo un derbi Göteborg – Örgryte.

La hinchada del IFK Göteborg en la grada del Gamla Ullevi. Interwiki884 bajo licencia Creative Commons 2.0.
La hinchada del IFK Göteborg en la grada del Gamla Ullevi. Foto: Interwiki884 bajo licencia Creative Commons 2.0.

Aunque en los años 70, el Göteborg andaba sin rumbo. El Malmö era el gran dominador de la liga y el IFK anduvo un puñado de años en Segunda. La directiva, encabezada por Anders Bernmar, apostó por un joven entrenador llamado Sven-Göran Eriksson. Y con él, llegó la gloria. Pese a que los jugadores eran oficialmente amateurs, el 4-4-2 de Eriksson convirtió al Göteborg en uno de los mejores equipos de Europa, ganando muchas ligas, más copas y dos copas de la UEFA. El club gastó mucho en buenos fichajes, en plena profesionalización del fútbol sueco, jugando con fuego por culpa de las deudas. Y solamente tres goles de ‘Pichi’ Alonso en el Camp Nou evitaron que llegara a la final de la Copa de Europa en 1986. En los años 90, siguió enamorando con entrenadores como Roger Gustafsson y Gunder Bengtsson, con cinco ligas consecutivas y ganando un grupo de la Champions por delante del Barça, el Manchester United y el Galatasaray. Fueron temporadas magníficas. Aunque el Göteborg jamás ha vuelto a ser protagonista en Europa, y con una sola liga en 25 años, cada año se ilusiona con volver a ganar. La travesía por el desierto dura demasiado en una ciudad que se quedó sin derbis, ya que el GAIS anda en Tercera y el Örgryte en Segunda.

Bueno. Eso no es del todo cierto. Göteborg tiene un nuevo derbi, ese entre el IFK Göteborg y el BK Häcken. En 1982, ese modesto club subió por primera ocasión a Primera, aunque duró poco. Años después volvió fuerte y ya ha jugado dos finales de copa, debutando en Europa, pese a tener muy pocos aficionados. Su modesto estadio tiene capacidad para 6.500 espectadores, pese a que el club tiene una situación económica fuerte al organizar uno de los torneos de fútbol base más prestigiosos del norte de Europa. Un evento que les permite tener una buena fuente de ingresos. El Häcken nació en los años 40, cuando un grupo de chavales fundaron un equipo para pasar un buen rato. Al intentar federar la entidad, dudando sobre el nombre, optaron por Häcken, que quiere decir ‘seto’. Sí, su campito estaba franqueado por un gran seto, una barrera de arbustos que acabó por dar nombre a un club que ya en los años 50, cuando no tenía ni diez años de vida, llegaría a Segunda división.

Gracias a ser un club de barrio, el Häcken gozó de una buena escuela de fútbol, además de ser de los primeros clubes suecos con equipo femenino. Con Agne Simonsson, el equipo conseguiría su primer ascenso a Primera en 1982, aunque Simonsson marchó al Örgryte y la aventura entre los mejores duró un año, con una derrota 7–0 contra el propio Örgryte y otra 5-0 contra el Göteborg. No obstante, el Häcken siguió a los suyo, perdiendo una final de copa en 1991 siendo un club de Segunda. Poco después, regresó a Primera. Convertido en un equipo ascensor, que vendía jugadores a buen precio, el Häcken ha vivido sus mejores años en esta última década, con una sorprendente segunda posición liguera en 2012, gracias a los goles del ghanés Waris Majeed. Además, en 2016 y 2019, ganó la copa. Es decir, en estos últimos cinco años, el Häcken ha ganado más títulos que el IFK Göteborg. En la final del año 2016 derrotó en los penaltis al gigante Malmö, después de ir perdiendo por 2-0. En un estadio con 25.000 hinchas celestes y solamente 5.000 aficionados suyos.

Para los hinchas del IFK, perder un derbi con el Häcken duele. Ellos siguen pensado en las rivalidades perdidas con el GAIS y el Örgryte, equipos con más hinchas que el Häcken. Prefieren jugar contra el Malmö o los grandes de Estocolmo. Y les toca jugar un derbi local contra un rival correoso y bien gestionado. El club que nació rodeado de setos.

 

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Foto portada: mammela bajo licencia Creative Commons.