Partido Polish Boyfriend: Perugia-Ternana, un derbi en el corazón de Italia


Ah, las rivalidades italianas. Esta semana se juega un derbi muy sentido, el Perugia-Ternana, el derbi de la Umbría, la preciosa región en el corazón de Italia. El año pasado los dos equipos subieron a Segunda la misma temporada, jugando la final para ser campeones de la Serie C. La ganó la Ternana, que normalmente lo ha pasado peor que un Perugia capaz de ser subcampeón de Liga en los años 70 o llegar a Europa en la temporada 2003/04, cuando superó dos turnos contra el FC Dundee y el Aris, antes de caer contra el PSV Eindhoven.

Perugia y Ternana son los dos únicos clubes de la región de la Umbria que han llegado a la Serie A. El equipo de Terni solamente ha jugado dos años entre los mejores: en la 1972/73 y la 1974/75. Curiosamente, cuando ascendió a Primera en 1972, se convirtió en el primer equipo de la región en llegar a la Serie A. Poco después llegaría el Perugia, ascendiendo en 1975. Y ya suma 13 temporadas, la última en 2004.

Ser vecinos, en este caso, no quiere decir ser similares. Perugia, ciudad de arte, preciosa, se encuentra encima de un monte (aunque la ciudad moderna ha crecido por el valle, donde se encuentra el estadio Renato Curi). Una ciudad señorial, con una universidad importante y con un tesoro: ser la capital italiana del chocolate y los bombones. Algunas de las empresas más famosas de este sector tienen sede en Perugia. En Terni, a unos 80km, la tradición es diferente. Pues siempre ha sido una de las ciudades más obreras de Italia, especialmente en el sector de la metalurgia. Incluso sus raíces son diferentes. Perugia se levanta encima de una vieja ciudad etrusca, la civilización que reinó en Italia antes del ascenso del Imperio Romano, que los derrotaría en el siglo V antes de Cristo cuando eran una potencia que dominaba sobre todo la Alta Umbría y la Toscana. Terni no fue una ciudad etrusca, fue una ciudad de los umbros, un pueblo que habitó la zona entre Roma y los etruscos. Lo que sucedió hace 2500 años marca diferencias entre una ciudad orgullosa, la Perugia se que siente capital, y una Terni que ha creado una cultura moderna centrada en su tradición obrera.

Este domingo a las 16.15h, en el Renato Curi: Perugia – Ternana (Jornada 18 – Serie B)

La Ternana, como tantos clubes italianos, ha sufrido bancarrotas y mil problemas. En los años 50 casi desapareció, hasta que la salvó el alcalde de la época, el comunista Luigi Michiorri. Fue el inicio de la mejor época del club, cuando ascendieron en los 70 a la Serie A, llegando a tener de entrenador a un joven Cesare Maldini, padre de Paolo. El presidente era Giorgio Taddei, empresario local que fue clave en crear muchos sitios de trabajo en la ciudad, encontrando un equilibrio entre una ciudad y una afición muy comunista, en esa época donde en Terni el Partido Comunista llegó a ser votado por más del 60% de la ciudad, y un fútbol moderno dónde Taddei brilló fichando y vendiendo jugadores con talento. La Ternana se ha pasado los años 80, 90 y los primeros del siglo XXI entre la serie B y la Serie C, aunque en la temporada 1993/94 llegó a jugar en la sexta división después de una bancarrota.

Ahora ha vuelto fuerte gracias al empresario Stefano Bandecchi, propiedad de la Universidad privada “Niccolò Cusano”. Bandecchi llegó en 2017 y de primeras, metió la pata, pues rebautizó el club como Ternana UniCusano. La hinchada protestó y consiguió recuperar el nombre inicial. Y Bandecchi, que tiene un imperio de facultades por medio país, empezó a entender la ciudad. El año de la pandemia por ejemplo, compró los derechos de los partidos del club y creó una plataforma online para que su hinchada pudiera ver todos los partidos gratis. Y fichó como entrenador a a Cristiano Lucarelli, el exdelantero del Livorno, un tipo que siempre se ha definido como comunista que encaja con una ciudad y una hinchada que sufren por el destino de las grandes empresas de la ciudad, que cierran por la crisis. En este maravillo documental de Copa90 cuentan a la perfección la unión entre el fútbol y las fábricas en Terni. Donde disfrutan con el fútbol ofensivo de una Ternana que esta de vuelta a la Serie B.

Y ahora llega el derbi contra el Perugia. Este club siempre ha tenido presidentes con una fuerte personalidad, como Lino Spagnoli en los años 60, el campeón de Europa de carreras de lanchas. Nada mal, siendo hijo de una ciudad alejada del mar. En los 70 llegó Franco D’Attoma. Hijo de una familia del sur que tenía un negocio de exportación de productos agrícolas a Estados Unidos, se enamoró de la ciudad cuando estudió en Perugia y acabó siendo el presidente del primer ascenso a Serie A en 1975. Fue suya la petición para construir el nuevo estadio del club ese mismo año. Además, consiguió burlar la reglamentación para ser el primer club italiano con publicidad de la camiseta, cuando creó una falsa empresa de ropa a la la llamó Ponte Sportswear, para que apareciera este nombre que en verdad, era de la marca de pasta Ponte, de la Buitoni. Con los 400 millones de liras que llegaron, pudo fichar a un tal Paolo Rossi, que destacaría tanto en Perugia, que en 2020 el funeral del máximo goleador del Mundial de 1982 sería en esta ciudad. D’Attoma revolucionó el fútbol italiano con el llamado “Perugia de los milagros”. Con el técnico Ilario Castagner, en la temporada 1978/79 se convirtieron en el primer equipo capaz de no perder ni un solo partido de liga. Aunque sumaron demasiados empates (19 en 30 partidos) y acabaron segundos por detrás del Milan. Fueron años preciosos, aunque también duros, pues uno de los mejores jugadores del equipo, Renato Curi, falleció en 1977 durante un partido con la Juve por problemas en el corazón. Ahora el estadio se llama Renato Curi en su honor. Estadio con buen ambiente, también, como en Terni, con hinchada de izquierdas. En los 70 aquí jugó Paolo Sollier, un jugador que también militó en movimientos de izquierda y solía levantar el puño delante de la hinchada local.

El Perugia volvería a Segunda en los 80. Y después llegó Luciano Gaucci, empresario romano del sector de la limpieza que siempre quiso comprar la Roma. Como no pudo, en 1994 compraría el Perugia y lo subió a la Serie A. Incluso llegaron a la UEFA. Gaucci, tipo peculiar, se dedicó a mezclar buenos fichajes con operaciones exóticas, como el hijo del dictador libio: Al-Saddi Al-Gaddafi. Por Perugia pasaron Gattuso, Materazzi, Nakata, Grosso, Liverani… Y el coreano Ahn Jung-Hwan, al que Gaucci quiso despedir tras marcar el gol que eliminó a Italia en el Mundial del 2002. Y entrenadores como Nevio Scala, Carlo Mazzone o Serse Cosmi. También quiso que una mujer pudiese jugar en la Serie A masculina sin suerte, en operaciones mediáticas que anticiparon el desastre. En 2010, llegó la bancarrota. Aunque el “grifone” ha vuelto fuerte, recuperando el derbi en la Serie B con la Ternana después del ascenso de la última temporada.

 

Foto portada: Rulli bajo licencia Creative Commons 3.0