Portugal suda tinta contra Hungría


Quien sólo vea el resultado dirá que fue un partido fácil para Portugal. El fútbol es un deporte de mentiras. Están las fake news, las medias verdades y la ficción necesaria para apoyar a un equipo. En el césped sólo hay una verdad: el gol. El fútbol es un debate larguísimo. Blablablá por aquí, blablablá por allí. Marcar es el punto final. Portugal tenía argumentos, pero sin el gol no tenía la razón. A veces eran sus delanteros, a veces era el portero rival. Al final llegó a tiempo Guerreiro con un gol que fue como el partido: atascado. Cristiano Ronaldo, máximo goleador de la historia de la Eurocopa, lideró el sprint final con un doblete. A Hungría, ejemplar en el esfuerzo, le sobraron diez minutos.

Hungría 0

Portugal 3 (Guerreiro 84′; Cristiano Ronaldo 86′, 90+2′)

Hungria vs Portugal - Football tactics and formations

Tanto Rossi como Santos salieron con lo esperado. Semedo sustituyó a Cancelo y el doble pivote lo formaron Danilo y William Carvalho, dos pretorianos con la misión de barrer el centro del campo y de conectar con los cuatro fantásticos. Rossi apostó por tres centrales, dos carrileros, tres centrocampistas y dos delanteros de pescadores pacientes.

68.000 almas en el Puskas Arena vieron el estreno del campeón. El coronavirus parecía una enfermedad de otra época a juzgar por las gradas del estadio húngaro. Silbó el árbitro el inicio y Cristiano Ronaldo tumbó un récord: primer jugador en disputar cinco Eurocopas. Pasó de la alegría inicial al cabreo en cinco minutos. Bernardo Silva habilitó a Diogo Jota, que pudo disparar o asistir a CR7. Eligió chutar y el de la Juve se enfadó como si le acercaran una Coca-Cola. Fue un inicio imponente de los lusos, propio de un partido vital antes de encontrarse a Francia y Alemania.

Pero el ímpetu luso se desbravó. Es verdad que sólo se jugó en el campo húngaro. Es verdad que Portugal hacía calceta con la pelota, dale que dale con los pases. Es verdad que Hungría, depresiva en ataque sin Szoboszlai, bastante tenía con defender. Pero el partido se convirtió en un atasco a las ocho de la mañana. Hasta el final de la primera parte no volvió a ser Portugal un equipo volcánico, más por talento natural que otra cosa. Primero Jota, que se encontró con Gulacsi, y después CR7, donde sueña que le coloquen los balones, no consiguieron descorchar el marcador.

Portugal Manager Fernando Santos during the UEFA Euro 2016 semi-final match at Stade de Lyons, Lyons Picture by Paul Chesterton/Focus Images Ltd +44 7904 640267 06/07/2016
Fernando Santos no consiguió que su equipo hilvanara acciones de peligro / Imagen: Paul Chesterton/Focus Images Ltd

El gol parecía parecía cuestión de tiempo. En el primer pestañeo de la segunda parte, un calvazo de Pepe a punto estuvo de convertirse en gol. Gulacsi, para desgracia de Portugal, ya opositaba para empleado del día. En la otra orilla, el único que probaba los guantes de Rui Patricio era Szalai, el faro magiar, uno de esos delanteros que sobreviviría una semana en la Patagonia con una cerbatana.

Siguió Portugal con el fútbol parabrisas. No abría del todo el campo, no encontraba pasillos centrales y las apariciones de Bernardo Silva y Bruno Fernandes eran más chispazos que fuego continuo. Tenía que engrasar la máquina, difícil con esa pareja Danilo-Carvalho, un doble pivote más denso que un bocadillo de polvorones.

Fernando Santos metió a Rafa Silva, Renato Sanches y André Silva, pero Portugal estaba cada vez más apolillada. Los centrales húngaros le tenían bien amarrada la camisa de fuerza a Cristiano Ronaldo, que se iba desesperando. Schon quitó el hipo a los portugueses al perforar la portería de Rui Patricio, pero estaba en posición ilegal. Hasta que después de tanta palabrería portuguesa, llegó el gol de Guerreiro.

El fútbol a veces es un conjunto de nimiedades. Varios rebotes, un disparo en semifallo y un defensa que lo desvía a portería. El gol, a seis minutos del final, fue como una falta de ortografía, pero importantísimo para que Portugal evitara un marrón. Se desinhibieron los lusos en el tramo final y demostraron de lo que es capaz un equipo con tanto talento arriba, liderado por Cristiano Ronaldo. Un doblete, de penalti y tras un jugadón, convirtieron al luso en el máximo anotador de las Eurocopas, con once goles, superando los nueve de Platini. El gol, y más a los delanteros, siempre les da la razón.

Imagen de portada: Paul Chesterton/Focus Images Ltd