¿Qué le pasa al RB Leipzig de Jesse Marsch?


Desde hace ya años la franquicia Red Bull nos tiene acostumbrados a sus aciertos en la dirección técnica, tanto en Leipzig como en sus respectivas filiales. Los entrenadores que van pasando, así como los jóvenes talentos que año tras año van reemplazando a sus predecesores ya consagrados que abandonan el club, son innumerables.

Sin embargo, por alguna razón, el presente curso no ha empezado bien para Jesse Marsch, la cabeza visible de la multinacional RB Leipzig. Si bien, de momento, no hay rumores de destitución, sí hay una imperante necesidad de buscar explicaciones.

DIBUJO CLARO, PERO SIN PROTAGONISTAS CLAROS

Tras siete partidos oficiales el dibujo está claro para el norteamericano, aunque sigue habiendo muchas incógnitas: El 4-2-3-1 es inamovible, pero en demasiados puestos no acaba de encontrar a su hombre ideal. Casi todos los hombres del centro del campo excepto Christopher Nkunku y Dani Olmo, así como los laterales, varían en cada partido, lo cual no parece beneficiar ni a unos ni a otros.

Angeliño, generador inagotable de ocasiones y uno de los pilares del mejor Leipzig de siempre (a principio de la pasada campaña), no encuentra su sitio. Las lesiones y un esquema con dos centrales donde ya no hay carrileros le están dejando en fuera de juego. 

LOS LATERALES YA NO SON UNA AMENAZA

Esto obliga a Josko Gvardiol, central que acaba de llegar, a jugar como lateral en una posición que no es la suya y donde no supone una amenaza ofensiva. Sumado a un inicio de temporada pésimo de Nordi Mukiele por el otro costado, el juego de banda del equipo está prácticamente nulo.

Por si fuera poco, la falta de química entre los centrales Willy Orban y Mohamed Simakan está dejando errores de comunicación que han provocado muchos goles en contra. La consecuencia de todo esto es la pobre actuación defensiva hasta ahora: 13 goles en 6 partidos.

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BAJAS MUY DOLOROSAS EN FAVOR DE SU MÁXIMO RIVAL

Tampoco hay que olvidarse de las bajas del equipo. Perder a Marcel Sabitzer con la temporada ya empezada ha supuesto un mazazo anímico y deportivo. Y es que el excapitán manejaba los tiempos y sostenía el medio campo como nadie.

Sin él, sin la salida de balón de Dayot Upamecano y sin el enfoque de posesión de Julian Nagelsmann (todos ellos ya en el FC Bayern München), los sajones dan la sensación de no controlar ningún partido. Están a merced del rival en todo momento y no saben dar un paso adelante cuando el partido lo pide.

Jugar a la contra y con espacios no significa que no puedas manejar los tiempos del partido y saber leer lo que se pide en cada momento. Desafortunadamente, este Leipzig de momento no acaba de poner en práctica ni una cosa ni otra.

UN CALENDARIO QUE NO AYUDA

Cabe destacar que el calendario tampoco ha sido generoso con los Toros Rojos. Ya se han enfrentado a Mainz 05, Wolfsburg, Bayern y FC Köln, todos ellos entre los siete primeros de la tabla. Cuidado, tres de ellos también han estrenado entrenador, de modo que no puede servir como justificación, sino como indicativo del mal camino que llevan los de la bebida energética en Bundesliga.

Y para colmo, en Liga de Campeones la visita al Manchester City que se saldó con un doloroso 6-3, lo cual vino a confirmar todo esto. Se salva, eso sí, un Christopher Nkunku pletórico sobre el que hay que seguir construyendo.

COMO GRANDE, TOCA RESPONDER

La labor de Oliver Mintzlaff como director deportivo del club está fuera de toda duda: Los Gvardiol, Szoboszlai, Simakan y compañía pintan muy bien. Sobre todo el último, que ha dado muestras de un potencial enorme como central. Tampoco se duda de que a Andre Silva, cuando el equipo empiece a funcionar, se le caerán los goles.

Pero hasta entonces, a Marsch le toca resolver muchas incógnitas, y pronto. Para bien del club (o no), el buen papel de los últimos años y su inversión les ha convertido en un grande de Alemania. Y eso puede llegar a ser un arma de doble filo, porque ya no valen las excusas ni pedir paciencia. Solo ganar. Pero a eso vinieron a Leipzig, ¿no?