Vuelve el público al Allianz Arena: Baviera levanta restricciones en espectáculos deportivos – Mi Bundesliga


El Gobierno Estatal de Baviera abre los eventos deportivos al público y el FC Bayern München volverá a tener aficionados en el Allianz Arena.

UNA BUENA NOTICIA PARA LOS AFICIONADOS BÁVAROS

A partir del jueves 27 de enero, en los estadios se permitirá la asistencia del 25% del aforo, lo que representa 10.000 espectadores como máximo. Esto es lo que dio a conocer Florian Herrmann, Jefe de la Cancillería de Baviera, tras una asamblea del Gobierno del Estado Libre de Baviera.

Los límites no solo atañan al número de hinchas dentro de los establecimientos: Los fanáticos deberán estar vacunados o recuperados del COVID-19, además de haberse hecho un test. Solo podrán usar una máscara FFP2 en todo momento, ya que no habrá venta de bebidas (alcohólicas y no alcohólicas) y comidas.

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ASÍ SE ENCUENTRAN LAS REGULACIONES EN EL PAÍS

Actualmente, en Alemania, se aplican diferentes límites en los estados para la admisión de espectadores. Hasta ahora, no se permiten fanáticos en los campos de los estados de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y de Turingia.

En contraparte, el líder de la 3. Liga, 1. FC Magdeburg, jugó el pasado domingo ante el TSV Havelse con 13.385 aficionados. Esto es lo que se permite en Sajonia-Anhalt, donde los estadios pueden llenarse hasta en un 50%. Cuando el FC Bayern le ganó al Hertha BSC durante el fin de semana, se le permitió la entrada al estadio de Berlín a 3.000 personas.

Más recientemente, las ligas profesionales alemanas más importantes de fútbol, ​​balonmano, baloncesto y hockey sobre hielo exigieron el fin de las prohibiciones generales en una carta a la Cancillería y al Canciller. Los clubes deportivos carecen de los ingresos por espectadores, que tienen un alto porcentaje de importancia en las instituciones, sobre todo, por fuera del fútbol.

A pesar del aumento masivo en el número de infecciones, el ministro presidente de Baviera, Markus Söder, justificó su decisión en el estado diciendo que la ola de Ómicron es una carga mucho menor para el sistema de salud que la variante Delta.