Wijnaldum: Un cromo diferente para el PSG


El fichaje de Georginio Wijnaldum por el Paris Saint-Germain está muy bien tirado. El cuadro francés se ha reforzado con un perfil de centrocampista que hasta ahora no tenía en su plantilla, y ojo, porque no lo ha hecho con uno cualquiera: ha incorporado a coste cero (sin entrar a valorar las comisiones derivadas de esta operación) a un jugador que cuenta en su expediente con el sello de la factoría Jürgen Klopp. Wijnaldum es otro gran invento del técnico alemán. El futbolista neerlandés ha crecido y se ha consagrado vistiendo la camiseta del Liverpool como un centrocampista multifuncional por la gran cantidad de tareas que ha aprendido a interpretar (con y sin balón) sin desentonar en ninguna de ellas, y esa versatilidad quedando libre, lógicamente, era un caramelo muy suculento en este mercado de fichajes. El FC Barcelona no pudo incorporar a Wijnaldum por un problema económico, pero aun así, pensando en la continuidad de Ronald Koeman en el banquillo azulgrana, el fichaje también estaba muy bien pensado, y más teniendo en cuenta la muy buena sintonía que el futbolista ha mantenido con Frenkie de Jong y Memphis en la Eurocopa con su selección.

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Wijnaldum jugará en París y todo hace indicar que lo hará como titular en la tercera y última vacante del centro del campo que ha dibujado Mauricio Pochettino desde su desembarco en el Parque de los Príncipes; dando por sentado que Leandro Paredes (pivote) y Marco Verratti (interior/mediapunta) serán fijos en la estructura. Lo primero que hizo el técnico argentino a su llegada a París fue garantizarle una mayor libertad posicional al centrocampista italiano que, de partida, iniciaba las jugadas abajo (como interior), y, automáticamente, se soltaba para ofrecerse dentro y dibujar una segunda línea de pase (en paralelo a Ángel Di María, que abandonaba el extremo derecho para aparecer en el carril central) que le permitiese progresar de manera vertical al PSG en sus posesiones. Una función que podría seguir desempeñando de ahora en adelante, si el propio Pochettino considera que Wijnaldum debe actuar como segundo y no como tercer escalón de ese centro del campo, pero que también podría reajustarse (y quizá sea lo más lógico) para que Marco Verratti parta más cerca de Leandro Paredes y Georginio Wijnaldum inicie las jugadas en una posición más adelantada.

Georginio Wijnaldum es un gran llegador desde segunda línea. Foto: Michael Sedgwick/Focus Images Ltd
Georginio Wijnaldum es un gran llegador desde la segunda línea. Foto: Michael Sedgwick/Focus Images Ltd

En este sentido, eso sí, cabe destacar que Wijnaldum se ha mostrado especialmente incómodo en esta Eurocopa en un rol muy parecido al que aquí estamos esbozando. El hasta ahora centrocampista del Liverpool es un futbolista que necesita llegar y no estar, y de ahí que cuantas menos veces piense para ejecutar directamente, mejor; porque si bien es cierto que ha mejorado en los últimos meses en estas tareas más reflexivas con balón, sigue sin ser (y posiblemente nunca será) un centrocampista que sobresalga por su habilidad asociativa por encima de otras cuestiones que tienen que ver con el ritmo y el recorrido. Wijnaldum es un acelerador, un futbolista de mucho ida y vuelta, y no un interior que destaque por su templanza para recibir, organizar y distribuir la circulación. Por todo ello es importante que el sistema encuentre el modo de potenciar a Wijnaldum en metros finales: no tanto para recibir al pie, como le ha obligado en más de un partido Países Bajos en esta Eurocopa (que jugaba con él y Memphis muchas veces en paralelo por detrás del delantero), sino para llegar y ejecutar cargando el área y/o la frontal rival viendo la portería de cara.

Wijnaldum pondrá sobre la mesa la amenaza que ha ido afilando todos estos años bajo la tutela de Jürgen Klopp. El neerlandés es un futbolista muy peligroso cuando puede soltarse y acompañar los ataques desde una segunda línea, rematando cada vez que tiene ocasión cuando irrumpe en los metros finales, y buena prueba de ello es que los tres tantos que ha anotado en la Eurocopa han sido desde dentro del área (uno de ellos, para más inri, rematando en el área pequeña). Wijnaldum tiene olfato. Es decir, sabe medir bien sus impulsos para alejarse del balón en el momento clave y ocupar el espacio indicado, y esa habilidad lógicamente es muy preciada por cualquier equipo, pero aun más si cabe dentro de sistemas preparados para atacar con tantísimos futbolistas en los metros finales, como es el Liverpool de Jürgen Klopp o este PSG de Mauricio Pochettino. A poco que el dibujo consiga potenciar a Georginio Wijnaldum en campo rival, dejándole llegar mucho sin tener que pensar demasiado, y que el neerlandés, en consecuencia, pueda devolver la amenaza y la presión tras pérdida que se espera de él, su llegada será una magnífica noticia para el PSG, que gana un muy buen recurso dentro de su amplio arsenal para mejorar lo presente en el día a día, algo clave para recuperar su dominio en liga, y, sobre todo, en noches grandes.

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Foto de portada: Russell Hart/Focus Images Ltd.